En la República Checa, la fuerte ola de calor que sacude Europa del Este ha descubierto las temibles “piedras del hambre”, las cuales no advierten otra cosa más que carencia, enfermedades y muerte. 

Hasta 12 de estas rocas se pueden observar en el río Elba, que comienza en República Checa y luego cruza Alemania hasta el Mar del Norte.

En Decin, al norte de República Checa, una piedra hallada dice: "Cuando me veas, llora". Mientras, otro ejemplar localizado en Alemania indica: "Si vuelves a ver esta piedra, llorarás. Así de baja estuvo el agua en 1417".

Entre 1417 y 1616, al quedar expuestas debido al descenso en el nivel de los ríos durante las temporadas de calor, estas rocas fueron inscritas con presagios negativos. 

En aquellos tiempos toda la economía dependía de la agricultura, por lo que las sequías implicaban malas cosechas, aumento de los precios, hambre y violencia por la falta de recursos. De este modo, su aparición era un augurio de tiempos difíciles. Hoy en día, y con una economía tan diversificada y global las piedras del hambre no tienen el mismo significado.