La Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla despide al estadista, al hombre generoso, congruente, al fundador de la UPAEP,  falible, capaz de pedir perdón y al que siempre entregó todo: Don Manuel Díaz Cid, matizó el rector Emilio José Baños Ardavín. Mientras, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José Carlos Montiel Solana, precisó que más allá de la partida de ideólogo se adelantó el camino uno de los principales intelectuales que ha tenido la entidad y México en todos los sectores de la vida productiva del país.

Instantes previos a la liturgia realizada en la capilla de la universidad, Baños Ardavín puntualizó “estamos” despidiendo a una persona muy significativa para todos “nosotros, como la familia UPAEP”.

“Don Manuel Díaz Cid; nosotros traemos a esta eucaristía el dolor por su pérdida, pero también la esperanza de que Dios lo ha recibido en su seno para darle la plenitud de la vida que nos ofreció en las aulas y en sus charlas”, subrayó.

Durante la celebración se reunió la familia universitaria, el primer rector Mario Iglesias García Teruel; Doña María de la Encarnación Terés y sus hijos encabezados  por Manuel Díaz Terés, la académica de la Ibero Lilia Vélez Iglesias, además de empresarios y exalumnos del  querido catedrático de la UPAEP.

La clase política también asistió, los regidores Myriam Arabián Couttolenc y Juan Carlos Espina Von Roehrich también lamentaron la muerte del politólogo.

Arabián Couttolenc recordó la vocación de servicio de Díaz Cid, al entregar profesionistas bien preparados  los consejos a quienes decidieron participar en la vida de los diferentes sectores de Puebla.

Espina Von Roehrich detalló que a Don Manuel no se le puede encasillar como el ideólogo de derecha, porque en el aula demostró esa apertura de pensamiento que muy pocos intelectuales tienen con el correr de los años.

El rector Emilio Baños refrendó que la UPAEP lamenta la pérdida del hombre sabio y con la capacidad de respuesta en sus análisis de política, economía y de cualquier asignatura.

“Nosotros conocimos varias facetas de Don Manuel, la de inspirador, del fundador de esta universidad, del ideólogo de los sectores: político, empresarial y social. Además del maestro consagrado a la vida académica; nos quedamos con el Manuel Díaz Cid capaz de leer perfectamente los signos de los tiempos, con el amigo cercano y generoso con su tiempo, en su escucha y generoso en saberse perdonar y pedir perdón; que supo que era falible, pero siempre dispuesto a adaptarse a los constantes cambio de la vida”.

Baños Ardavín indicó que toda la comunidad universitaria y los poblanos se quedarán con el legado de Don Manuel Díaz, por ser un amigo, generoso con su tiempo, congruente y por saber perdonar y pedir perdón a quienes pidieron.

La sapiencia de Díaz Cid provocó que los principales académicos de su época lo invitaran a participar en foros de política en territorio nacional, Estados Unidos, Centro y Sudamérica y Europa.

La congruencia de vida de Don Manuel dejó un gran ejemplo de hombre que actuaba como pensaba y siempre en la primera línea para aportar en cualquier tarea a desarrollar.

En ese marco, María Díaz Terés, hija del otrora académico, reveló que como su padre lo realizó en vida ahora dejó disculpas para todos aquellos que lo necesiten y ofreció disculpas, además del amor  que entregó a todos que lo conocieron.

Don Manuel fue un emblema en el estado,  fue fundador del Frente Universitario Anticomunista (FUA) en 1955, luego en los 70’s fue uno de los protagonistas del movimiento anticomunista contra los Carolinos, además fue cofundador del grupo de El Yunque y perteneció al grupo fundador de la UPAEP.

Un hombre de principios

El dirigente del CCE, Carlos Montiel Solana acentuó que el politólogo no solo nutrió con ideas políticas a la derecha poblana sino también enriqueció a  todos los sectores productivos del estado.

“Se fue uno de los principales hombres que ha tenido este estado y este país sin lugar a dudas, por ser un hombre íntegro”.

Don Manuel fue un hombre que no solo respondió en las aulas sino también ese amor lo traslado a todos los grupos sociales que se acercaron al académico.

“Don Manuel fue un hombre de principios, de congruencia, de amor al prójimo, siempre buscando acrecentar a los demás”.

Montiel Solana advirtió que el hueco que deja Don Manuel será un hueco que no se va a llenar nunca por la serie de conocimientos y los valores morales que tenía.