A su paso por Carolina del Norte y Carolina del Sur el huracán Florence, ahora degradado a tormenta tropical, causó la muerte de 11 personas, la inundación de varias ciudades y el bloqueo de suministro eléctrico de casi un millón de hogares.

La intensidad de Florence ha disminuido desde que tocó tierra en la costa atlántica estadounidense el viernes. Pero su lenta marcha, a un ritmo de apenas 3 kilómetros por ahora, podría sumergir a la región en los próximos días.

El sistema está descargando “cantidades épicas de lluvias” y en algunos lugares el volumen de agua caída se mide en centímetros, no en milímetros", dijo el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, en una rueda de prensa sobrela tormenta de 480 kilómetros de extensión.

Además, informó que al menos 20 mil residentes de se encuentran en 157 refugios que están preparados para acoger a más personas en caso de necesidad

Carolina del Norte ya ha recibido volúmenes de precipitaciones "récord" y se prevé que las lluvias persistan. Las aguas de los ríos continuarán subiendo una vez que se detengan las lluvias, indicó Cooper.

Esta es una situación de huracán seguida por una situación de inundaciones", dijo el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster.

Mientras las aguas subían rápidamente en varias localidades, personas atrapadas estaban siendo rescatadas por helicópteros, mientras que decenas de miles se acomodaban en refugios tras haber sido evacuados.

Las autoridades advirtieron que podrían producirse desprendimientos de tierra, tornados, desbordes de ríos y anegamientos repentinos. Varias autopistas fueron cerradas.

Trabajadores de empresas de servicios intentaban restaurar la energía. Cerca de 772 mil personas estaban sin electricidad en Carolina del Norte, junto con 119 mil en Carolina del Sur.

Equipos en helicópteros han llevado a cabo decenas de misiones en las costas de Carolina del Norte y ayudaron a rescatar a unas 50 personas, de acuerdo al oficial Michael Himes de la Guardia Costera estadounidense.