La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dio la bienvenida a la Comisión de la Verdad anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para reabrir la investigación sobre la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, y defendió su tesis de que algunos estudiantes fueron incinerados en el basurero de Cocula.

El organismo ratificó la necesidad de que sean analizados los 63 mil fragmentos localizados en dicho basurero y el Río San Juan durante su investigación, y “dejemos que la ciencia hable” más allá de expresar adjetivos, coyunturas o intereses políticos que condicionen o determinen el contenido de su recomendación 15VG/2018.

Luego del anuncio de la creación de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia realizado por López Obrador, la CNDH puso a la disponibilidad su investigación y colaboración para conocer lo acontecido los días 26 y 27 de septiembre de 2014 con la desaparición de los estudiantes rurales.

Este organismo nacional no avala la denominada teoría de la verdad histórica, pero también sostiene que las críticas y cuestionamientos que se hubiesen hecho en contra de esa u otras teorías, no pueden implicar que las posteriores investigaciones partan de un sesgo inicial o premisa de descartar cualquier elemento que tuviera relación o estuviera vinculado con las mismas, si encuentran sustento en las pruebas”, puntualizó.

Para la CNDH, agregó, la verdad en el Caso Iguala es una y no admite adjetivos que condicionen o determinen su contenido, el cual debe estar sustentado en la evidencia objetiva y verificada de hechos, no así en opiniones o pareceres, ni sujeta a coyunturas o intereses políticos ni de ninguna otra índole.

En las siete consideraciones presentadas por la comisión a cargo de Luis Raúl González, exhortó a las autoridades de la Comisión de la Verdad a revisar los más de 63 mil fragmentos óseos que habrían sido recuperados en el basurero de Cocula y en el Río San Juan, y que obran en resguardo de la Procuraduría General de la República.

De acuerdo con las indagatorias de la CNDH al revisar dichos fragmentos, dentro de los cuales ya se habrían identificado algunos que corresponderían a dos de los normalistas desaparecidos, se detectaron 114 que serían susceptibles de análisis genético para comprobar su pertenencia a alguno de los 43 desaparecidos.

Dejemos que la ciencia hable. Si bien aún no se ha podido llegar a la verdad en este caso, el trabajo que desarrolle cualquier instancia u organismo de seguimiento e investigación al caso tendrá en el trabajo desarrollado por la Comisión Nacional una guía y orientación para continuar con una investigación objetiva e integral que determine las responsabilidades que se deriven del caso”.

Señaló que “cualquier irregularidad u omisión que se comprobara cometieron las autoridades que conocieron del caso en la obtención de los fragmentos óseos antes aludidos, implicaría la comisión de delitos o la apertura de nuevas líneas de investigación”.