El gobernador de Fukushima, Yuhei Sato, declara que quien se acerca a la planta nuclear sólo siente "ansiedad y enojo". 
Se han suspendido ya las acciones desde helicópteros, por el creciente nivel de radioactividad y el peligro que era para los trabajadores; se analiza el uso de cañones de agua a distancia. 
Al menos 140,000 personas residen entre los 20 y 30 km de radio, a quienes se les ha ordenado no salir de sus hogares, a pesar de que la embajada de Estados Unidos ha pedido a sus conciudadanos que habitan hasta 80 km de la planta evacuar, o buscar un albergue en una zona más alejada.
El alcalde Sato ha dicho que en los centro de albergue no tienen alimentos calientes ni productos básicos como gasolina o medicamentos, "Nos falta todo", expresa desesperado.
Los medios informativos de Japón se han vuelto cada vez más críticos de los trabajos del primer minisitro Naoto Kan, y han acusado al gobierno y a la empresa operadora de la planta, Tokyo Electric Power Co, no haber proporcionado toda la información acerca del incidente.
Alrededor de 450,000 personas viven en refugios por la catástrofe ocurrida el pasado viernes, y al menos 4,500 personas han sido declaradas fallecidas.
El gobierno de los Estados Unidos enviará un avión Global Hawk no tripulado para recopilar información de los reactores, se espera que llegue el jueves 17 de marzo, para tomar fotografías y mediciones en Fukushima.