El ministro de Agricultura del estado alemán de Baja Sajonia, Gert Lindemann, ha señalado este lunes que los análisis realizados a 23 de las 40 muestras tomadas en una explotación agrícola que se sospecha estaría en el origen del brote de E.coli han dado negativo. Así las cosas, ha reconocido que está siendo muy difícil determinar la fuente del brote de la enfermedad que ya ha dejado una veitena de muertos y ha precisado que los resultados todavía tardarán un tiempo.


El jefe de la explotación agrícola alemana que está siendo investigada en relación con el brote de la bacteria Escherichia coli (E. coli) que ha causado la muerte de 22 personas -21 en Alemania y una en Suecia- ha afirmado este lunes que no entiende por qué se ha dicho que los brotes de soja y otros productos de su plantación podrían ser los causantes de esta crisis.


Klaus Verbeck, director ejecutivo de Gaertnerhof Bienenbuettel, ha dicho en declaraciones al periódico 'Neue Osnabruecker Zeitung' que para cultivar sus brotes de soja no utiliza fertilizantes y que en su explotación no hay animales. Las autoridades alemanas informaron este domingo de que esos brotes de soja podrían estar en el origen del brote de E. coli, que ha enfermado a más de 2.200 personas en doce países de Europa que habían estado recientemente en el norte de Alemania.


La finca ha sido cerrada, sus productos han sido retirados del mercado y para este lunes se esperan nuevos resultados de los análisis. "No puedo entender cómo podrían encajar los procesos que tenemos aquí y las acusaciones", ha declarado Verbeck al periódico. "Los brotes de soja crecen a partir de semillas y agua, y no se fertilizan en absoluto. Tampoco se utiliza ningún fertilizante animal en otras zonas de la granja", ha asegurado.


Ni Verbeck, que es vegetariano, ni ningún trabajador de la explotación han querido hablar este lunes con los periodistas y equipos de televisión, entre ellos el de Reuters, que esperaban frente a la entrada de la finca, situada en la localidad de Bienenbuettel, que tiene 6.600 habitantes y se encuentra unos 70 kilómetros al sur de Hamburgo.


Las autoridades alemanas, que en un principio situaron el origen del brote de E. coli en pepinos españoles, están aconsejando a los consumidores desde hace varias semanas que eviten comer tomates, pepinos y lechugas. Muchos de los afectados por la bacteria tienen el síndrome urémico hemolítico, una complicación que ataca a los riñones y puede causar la muerte. La rara variante de E. coli puede adherirse a las paredes intestinales, desde donde expulsa toxinas, causando en ocasiones diarrea grave y problemas renales. Algunos pacientes han necesitado cuidados intensivos y diálisis.