Ell artista y disidente Ai Weiwei, la voz más crítica del régimen chino, no podrá conceder entrevistas ni publicar sus opiniones en internet durante un año, según el pacto al que llegó con las autoridades para ser liberado el miércoles tras una detención de 80 días, informó la madre del creador.

“Si no llega a aceptar esas condiciones, habría sido imposible que fuera liberado”, manifestó en conversación telefónica Gao Ying, madre del artista y viuda del poeta Ai Qing, uno de los más venerados durante el régimen maoísta y víctima de las persecuciones de la Revolución Cultural (1966-76).

Las condiciones pactadas por Ai son extrajudiciales, ya que su situación desde el miércoles -libertad bajo fianza a la espera de juicio (qubao houshen)- prohíbe al artista salir de Pekín o del país sin autorización, destruir documentos relacionados con su caso o influir en el testimonio de otros testigos durante un año.

Nada dice la ley acerca de conceder entrevistas a la prensa o de abstenerse de publicar opiniones internet, una de las principales plataformas de disidencia de Ai, cuya cuenta de la red Twitter cuenta con más de 80.000 seguidores. “Se dice que Ai ha cambiado una cárcel pequeña por otra más grande, pero yo creo que es un gran paso, al menos puede estar con nosotros, con su familia”, añadió Gao, de 78 años.

La anciana aseguró que ni ella ni el resto de la familia han sufrido presiones para que mantengan silencio, pero que en el caso de su hijo "no tenía más remedio que aceptar" dichas condiciones, lo que arroja más dudas sobre sus supuestas actividades delictivas. «He pasado estos 80 días muy preocupada. Estoy más feliz que si estuviera en una fiesta», manifestó Gao.

A pesar de ser una de las familias revolucionarias más respetadas por el régimen fundado por Mao Zedong, los Ai (apellido) han sufrido todas las oleadas represivas de la China comunista. “¿Qué puedo decir? No he tenido suerte en mi vida. Hemos experimentado los retrocesos de la Revolución Cultural, luego la represión de la década de 1990 (tras la matanza de Tiananmen), y ahora soy muy anciana, esta suerte la está sufriendo mi hijo. Toda la vida hemos vivido bajo la represión”, señaló.

Los analistas consideran que, aunque Pekín sostiene que el artista es investigado por una supuesta evasión de impuestos cuya cuantía no ha sido hecha pública, su detención responde a motivos políticos y su liberación a la presión internacional e incluso a los posibles contactos que la familia tiene con Pekín. "¿Contactos? Rotundamente no, no recurrí a ellos porque no he querido", aseveró Gao, un extremo en el que coincide el asesor de la familia, el abogado Liu Xiaoyuan, quien defiende que “si los contactos hubieran pesado, de entrada no habría sido detenido”.

“¿Ai Weiwei? Sé que es el hijo del poeta Ai Qing, y que fue detenido hace unos meses. Pero la prensa china no dice nada de él”, señala Zhou, empleado de un hotel en Pekín y oriundo de la paupérrima provincia de Hebei.

Sólo la prensa estatal en inglés, que los chinos no suelen consultar, se ha hecho eco de la detención y liberación de Ai: «La policía de Pekín señaló el miércoles que la empresa de Ai había evadido una gran cantidad de impuestos y destruido documentos contables», reiteró el rotativo nacionalista Global Times. “Ai fue liberado debido a su enfermedad (diabetes e hipertensión) y a su buena disposición para devolver los impuestos”, sentencia el diario estatal.