Tuvieron que pasar 369 años,  para que Juan de Palafox y Mendoza cruzara la puerta del perdón de la Catedral de Puebla, lo que motivó llantos, porras, rezos y un constante repicar de las campanas del recinto que ayudó a terminar.

Fue en punto de las 11. 47 horas, cuando la urna dorada que contienen los restos reliquias del nuevo beato, noveno obispo de Puebla y quien saliera huyendo de Puebla en 1642, cruzó el umbral de la catedral.

En este lugar el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, así como Christophe Pierre, nuncio apostólico del Vaticano en México, además del cardenal arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, oficien la misa de acción de gracias por la beatificación, de quien también fuera virrey de México en el siglo XVI.

“¡Las reliquias las reliquias, ra, ra, ra!” y “¡Palafox, Palafox a Puebla llegó, bienvenido estás, amen!” son los gritos de bienvenida que miles de fieles católicos lanzaron en la procesión a lo largo de centro de la ciudad y atiborraron la catedral desde su atrio.