En tanto que el Secretario de Seguridad Pública del Estado (SSP), Ardelio Vargas Fosado, sostuvo que el artefacto que explotó entre las piernas del menor Oswaldo Zamora Barragán, de 11 años de edad, no fue una bomba; ayer al menor le amputaron la pierna y el brazo derecho y estudian quitarle la pierna izquierda para salvarle la vida, en el Hospital del Niño Poblano.

El martes 19 de julio, Oswaldo cuidaba a seis chivos y una oveja, uno de estos —llamado Pocholo, que le regaló su abuelo— en un terreno de la comunidad de Petlalcingo en Acatlán de Osorio encontró un objeto extraño que Oswaldo empezó a manipular hasta que le explotó entre las piernas y lo mantiene entre la vida y la muerte.

Ardelio Vargas opinó que no pudo tratarse de una granada porque la detonación hubiera sido de grandes proporciones y el menor hubiera muerto instantáneamente, además de que desestimó que el artefacto pudiera ser propiedad del Ejército Mexicano, porque en esa zona también se mueve el crimen organizado.

Mientras el menor se debate entre la vida y la muerte y los padres del niño reclaman una indemnización de por vida, la Comisión de los Derechos Humanos, por lo menos la delegación de Acatlán de Osorio, inició una investigación esperando emitir una recomendación, o “lavarse las manos” y dejar el caso en manos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

María Barragán Soberanes, madre de Oswaldo, denunció que personal del Ejército Mexicano ubicado en la zona de Acatlán de Osorio responsabilizaron al menor por “meterse a jugar donde estaban haciendo sus prácticas”.

Respecto del lamentable incidente, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) dio inicio a dos expedientes; el primero, la averiguación previa 706/2011/Acatlan, por el delito de lesiones dolosas en contra de quien resulte responsable, y la constancia de hechos 4281/2011/Popular, iniciada cuando el menor ingresó al nosocomio.