El desconocimiento sobre un plan de sucesión empresarial provoca que 9 de cada 10 corporativos en Puebla cierren sus puertas sin posibilidad de que los negocios familiares continúen su crecimiento.

Así lo explicó el investigador del Centro de Empresas Familiares de la Universidad de las Américas Puebla (UDLA), Juan Manuel San Martín Reyna, en la presentación del evento “Empresas familiares exitosas en el mundo”, que organiza la Coparmex para el próximo 23 de agosto.

De acuerdo con el especialista en empresas familiares, mientras que en México sólo 10 por ciento de los negocios sobreviven ante los procesos de sucesión empresarial, en Estados Unidos y Europa llegan hasta la quinta generación, sin riesgo del traslado de poderes.

El resultado de un estudio hecho por la UDLA y Coparmex, reveló que en Puebla el 63 por ciento de las empresas no cuentan con un plan estratégico de desarrollo a largo plazo, lo que impide dar el “brinco” generacional, limitando su desarrollo a la primera y segunda generación familiar.

En la actualidad, en el estado 66 por ciento de las empresas se encuentran en la disyuntiva de heredar poderes al frente de un negocio, temor que surge por el desconocimiento de un plan de sucesión o por la cultura de machismo presente en el país.

Machismo, otra causa

El académico explicó que la sucesión de poderes en empresas familiares se complica aún más cuando el padre se niega a deslindarse del negocio, ya sea por temor o por que espera la preparación profesional de hijos varones, esto a pesar de tener hijas que tienen la preparación adecuada.

El informe presentado ante medios de comunicación revela que de un padrón de 70 empresas familiares, 66 por ciento sí contempla ceder su negocio a algún familiar en un plazo de entre uno a cinco años; sin embargo, 90 por ciento carece de un plan estratégico para esta etapa.

Puntualizó que el problema principal de esta situación se concentra en que los padres no involucran desde temprana edad a sus hijos en el negocio familiar, lo que genera un problema mayor cuando el mercado exige un cambio generacional.

Actualmente la presencia de empresas familiares se ha consolidado como una ventaja competitiva para los grandes corporativos con mayor éxito, como es el caso de Copa de Oro, que suma cinco generaciones, La Morena y Estrella Roja, entre otros.

Cabe destacar que en un plazo de 25 a 35 años las empresas consolidan su arranque con la etapa de emprendedurismo, para posteriormente pasar a la segunda etapa de maduración cumpliendo un total de 50 años.

La recomendación por parte de Juan Manuel San Martín Reyna es que los propietarios de las empresas fijen una edad de jubilación, siendo el promedio en 55 años, lo que permite preparar mejor la sucesión del negocio a un familiar, que no específicamente tiene que ser un hijo (a) o hermano (a).