Con la orden de aprehensión girada en contra del titular del Órgano de Fiscalización Superior del Estado (ORFISE), Víctor Manuel Hernández Quintana, la actual administración del gobierno estatal, le pega al último reducto en el gobierno, del equipo del ex gobernador, Mario Marín Torres, así lo afirmó el analista político de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Alejandro Guillén Reyes, quien agregó que el problema con ese funcionario, se radicalizó con el escándalo de la destitución del hoy ex alcalde de Tlatlauquitepec, Porfirio Loeza Aguilar.

Y aunque el tema de la orden de aprehensión puede verse como una revancha política, el catedrático de esa casa de estudios, apuntó que la medida judicial, responde más a los intereses políticos de los grupos poblanos en el poder, que a un verdadero intento de las autoridades por asegurar la transparencia y la fiscalización de cuentas públicas.

Guillén Reyes, comentó que la propuesta de destitución del titular del ORFISE no es nueva, más bien, es un tema que ya se maneja desde hace varios meses y que hoy inicia su etapa final, porque eso deja en estado de vulnerabilidad a Hernández Quintana y políticamente, queda preparado el escenario para su destitución.