La empresa Tepco, que administra la central nuclear japonesa de Fukushima, comenzó a volcar 11.500 toneladas de agua radioactiva directamente al Océano pacífico, con la intención de acelerar las tareas que vuelvan a dar seguridad a la planta, dañada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo pasado.

Verter agua contaminada "directamente al mar fue autorizado como medida excepcional y para bajos niveles de radioactividad", dijo en la noche Hidehiko Nishiyama, portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear.

Nada excluye, sin embargo, que el escenario pueda repetirse en el futuro. "Por ahora la situación es ésta", sintetizó Nishiyama.

La Tepco, en una nota, justificó la decisión por la gran cantidad de líquido contaminado que se acumuló en el lugar, en especial en el edificio de la turbina del reactor 2.

"Pensamos -dice el comunicado de la empresa- que sea necesario transferir el agua de los residuos radioactivos a la central de recolección, para poderla conservar en condiciones de estabilidad".

10.000 toneladas de agua con aparentes niveles bajos de radioactividad, equivalentes a la dosi que puede ser absorbida naturalmente en un año por una persona adulta, "se deben descargar" para poder sustituirlas con agua más peligrosa.

Existe, además, la prioridad de neutralizar un fenómeno de acumulación en los pozos de descarga de los reactores 5 y 6, que puede generar problemas "a elementos importantes para garantizar la seguridad", agregó el comunicado.

"Sobre la base del punto 1 del artículo 64 del reglamento de reactores nucleares, decidimos descargar en el mar alrededor de 10.000 toneladas de agua radioactiva de bajo nivel, y otras 1.500 toneladas almacenadas en los pozos de descarga de los reactores 5 y 6", explicó la nota.