Para ellos, el Día del Niño es algo muy especial, no nada más es un día para festejar, es un día más de vida y de combatir el cáncer, una lucha que afortunadamente la ganan más del 65 por ciento de los "pacientitos" poblanos.
Filiberta, Saúl, Salvador y Ubaldo, son cuatro pequeñitos que luchan contra el cáncer, situación que no los ha deprimido, por el contrario, se muestran más fuertes que cualquier niño sano y con más optimismo que el común de la gente; asimismo sus padres no merman en ese espíritu a pesar de que no solo luchan contra el padecimiento físico, sino contra una pobreza extrema que no impide llevar a sus hijos al tratamiento, a pesar de lo largo de la travesía.
‚Äî¿Qué vas a hacer el Día del Niño?
Inmediatamente la carita de Filiberta se iluminó con una sonrisa, a pesar de estar conectada a una sonda "Si, quiero que haya una fiesta", dijo alegremente.
Esta paciente ha cumplido los 17 años con 8 meses de edad, pero al padecer la enfermedad hay un notoria desnutrición, y parece una niña de 10 años, tanto mental como físicamente.
Ante la misma pregunta, Saúl, pequeñito de apenas 6 años de edad, inocentemente dijo que ya no iba a estar internado para estar en la fiesta que se hará en el hospital, ya que nada más iba un ratito.
"Ya no voy a estar, nada más me quedo poquito" y es que este pequeñín solamente estaba internado por tres días para supervisión médica.
Así como Saúl, cerca de 600 pequeños de escasos recursos están luchando contra la mortal enfermedad en el Hospital del Niño Poblano (HNP) en la mayoría de los casos la leucemia, 133 de ellos diagnosticados en el último año.
Los padres quienes literalmente se pegan a sus hijos las 24 horas para protegerlos, sin importar dormir en una silla al lado de la cama, sufren, no solo por la enfermedad de los niños, sino por una cruda realidad económica que les complica aún más la situación.
Desafortunadamente se trata de personas de escasos recursos, de zonas indígenas la mayoría, que tienen que viajar hasta por seis horas para llegar al nosocomio a los tratamientos.
Gracias al Seguro Popular, en su programa de seguro catastrófico el abandono de niños en las camas de los hospitales ha bajado. En 1998 tres de cada diez pacientes no volvían a ver a sus padres, ahora la cifra llega a siete de cada cien.
Lo que no cubre el Seguro Popular es la estancia y sus alimentos. "Cuando vengo al tratamiento llegó a comer una vez en tres días, no tengo dinero", dijo la madre de Filiberta.
Es notoria la pobreza de los padres, quienes hacen un gran esfuerzo para que sean tratados sus hijos, todo para mantener la esperanza de vida de sus hijos, quienes no pierden la sonrisa y en cualquier oportunidad la regalan.
El caso de Filiberta es una muestra de que la pobreza, ignorancia y hasta negligencia médica han hecho que el tumor se desarrollara hasta volverse maligno.
"Desde el lunes estamos aquí, porque le detectaron un tumor en la cabeza a la niña, vivimos por Chichiquila", dijo la mamá de Filiberta, con grandes ojeras como rastro del cansancio de largas noches en vela.
"Cuando tenía 10 años, me dijo que le salió un grano en la cabeza, pero como no había dinero así la dejamos. Desde el año pasado ya se puso mal, entonces nos estábamos desesperando porque anduvimos dando muchas vueltas en El Seco, de ahí nos mandaron al hospital general, y de allá para acá.
"El 2 de septiembre llegamos acá, con citas y citas y nada; hasta que dijo mi esposo si la iban a atender, hablamos con el director, platicaron y sólo así la están atendiendo.
"Le van a dar tratamiento para que se rebaje el tumor, la van a operar después, tiene 17 años con 8 meses, pero ya en el hospital general.
"Nosotros nos quedamos sin dinero, me decía la señorita que fuera a desayunar, pero la verdad no tengo, cada vez que venimos gastamos 2 mil pesos, son seis horas de camino."
‚Äî ¿Dónde duerme?
"Yo amanecí aquí en la silla. Es mi única hija, por eso la queremos tanto", contestó Filiberta.
En otro caso, Salvador lucha contra otro tumor igual en el cerebro, para lo que tiene que viajar más de dos horas para sus quimioterapias.
"Apenas le están haciendo los exámenes, los resultados los tenemos en dos días. Tiene 15 años", dijo su madre Violeta Díaz, con un dejo de angustia pero también de cansancio.
Su padecimiento lo detectó un médico particular y por no tener dinero lo metieron a un fondo del Seguro Popular
El caso de Saúl es de optimismo, ver al niño tan lleno de vida y relajiento como si nada, loes da una esperanza.
Quien vive la angustia de la enfermedad es su padre (del mismo nombre) quien ya no sabe cómo obtener dinero para los viajes, al haber perdido su trabajo por los constantes viajes desde Xicotepec de Juárez al hospital.
"Gracias a Dios va todo bien, acabo de entrar fui a donar sangre, ayer fue su primer internamiento."
‚Äî¿Qué tiene Saúl?
"Este, algo como linfoma (‚Ķ)", inmediatamente fue interrumpido por el niño, quien lo corrigió muy serio "linfoma de Hodgkin".
"No tenemos dinero, todo esto no se paga, pero los pasajes y uno que otro medicamento sí los pagamos, ahorita no estoy trabajando, ando buscando una chambita.
"De repente, cuando estamos en el albergue que quiere jugo u otra cosa pues hay que comprársela, mientras coma hay que darle, porque cuando no quiere nomás no come nada."
‚Äî ¿Cómo te llamas?
—
"Saúl Aguirre Pérez",responde orgulloso el niño.
‚Äî Ya viene el día del niño, ¿qué vas a hacer?
"Mañana salgo porque son tres días", dijo concento.
Tratamientos
Desde 1992 a la fecha el HNP trata a 600 niños activos, entre los que están en vigilancia y con tratamientos, explicó Arturo Moreno Ramírez, jefe de la unidad de oncología.
Pero da una mala noticia, la tendencia de niños con cáncer está a la alta, se registraron 133 nuevos pacientes en 2010. "Cada vez son más", dijo.
Explicó que a nivel mundial la lucha contra el cáncer de niño es a favor, ya que actualmente se cura el 80 por ciento de todos los canceres, lo malo que en México no es el caso, aunque en Puebla en el 65 por ciento de los casos se llega a vencer, arriba de la media nacional que es del 60 por ciento.
"Hay unos canceres más agresivos que otros, los que más se curan son la enfermedad de Hodgkin y el tumor de Wilms, hasta el 90 por ciento, pero el neuroglascoma apenas llega al 40 por ciento, es un tumor a nivel del sistema simpático del cerebro.
"Al principio teníamos abandonos muy altos, ahora es mínimo, de 2005 a 2010 el abandono de pequeños llegó al 7 por ciento, lo teníamos cuando empezó en hasta el hasta el 29 por ciento.
"Estábamos muy alto, pero ahora gracias al Seguro Popular con gastos catastróficos ha logrado disminuirlo, ya que se paga el tratamiento al 100 por ciento", informó el médico especialista
Capacitación
Con el propósito de diagnosticar oportunamente cualquier tipo de cáncer en la infancia, el Hospital para el Niño Poblano (HNP) hace unos días dictó un curso especial para médicos y enfermeras, que les ayudará sobremanera a detectar a tiempo los primeros síntomas de esta grave enfermedad.
Cabe decir que los pacientitos son atendidos con mayor comodidad tras la construcción de la nueva área de Oncología al contar con 24 camas para el pabellón y diez más para terapia ambulatoria.
En el auditorio del HNP se efectuó el Curso Taller de Actualización del Cuidado del Paciente Oncológico Pediátrico en el que participaron médicos especialistas en oncología, hematología y en el manejo del dolor.
Arturo Moreno puntualizó que el cáncer de mayor prevalencia es la leucemia, con el 47 por ciento de los casos en México, sin embargo es curable al 100 por ciento cuando se detecta de manera temprana.
Detalló algunos de los primeros síntomas del cáncer más frecuentes que fueron informados a los asistentes:
El especialista dijo que ante cualquier síntoma de este tipo, los padres del menor deben llevarlo lo antes posible con el médico familiar para descartar cualquier tipo de cáncer.
En caso de sospechar la enfermedad, el médico familiar debe referirlo al HNP.
Por último, Arturo Moreno acotó que el próximo curso taller de actualización se realizará también en el Hospital para el Niño Poblano en el segundo semestre del año, cumpliendo con los lineamientos del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia) en conjunto con los servicios de salud del estado de Puebla.