El 10 de mayo es un día sagrado para los mexicanos. Sea un ramo de rosas, una cena taquera, un “gallo”, chocolates, una sartén, una escoba, todos pensarán en ella. De 365 días, uno más es otro vil marketing publicitario. Mentada por todo mundo y todo el tiempo sin importar estatus económico o raza pura, ella es coraje, desquite y consuelo.
Y si no pregúntele a los variles, azules, cafres, tamarindos, lavanderas, mairos, maestros, alumnos, a Los Cadetes de Linares, a Cuauhtémoc Blanco, a Alberto del Río, franeleros, mecánicos, antorchistas, entre la banda, entre los enemigos, entre todos.
Usted sabe muy bien a lo que me refiero. No se trata de ese dulce blanco con rayitas verdes; expresión aludida a la progenitora de otro, es el pan nuestro de cada día. Escucharla no, pero recibirla calienta; por ella terminan amistades, se han roto chipos, y si no pregúntele a un taxista o a los diputados de San Lázaro.
Antes de presentarle el verdadero significado de ser mamá, es importante retomar el sabios lenguaje del México urbano y dejar en claro origen, causa y efecto. Aun cuando sea un recurso indispensable y obligado, una mentada tiene historia; con ella se nace, se cría, se sufre, se aprende y sin necesidad de ser de Alvara’o.
Si al conducir su nave se le cierra un Galgos; si el árbitro no marca un claro penal en la Liguilla Pumas-Chivas; si en una briaga el cantinero además de cobrarle de más lo saca a patadas inmediatamente ¿qué palabra le viene en mente?, sea honesto.
En la Puebla urbana, los Mad Max de las calles reconocen que este término es su “oración de cada 10 minutos” y es que el tráfico, los cierres de vialidades, el inoportuno 'tamarindo' provocan que la rayen; en los carteles de la catedral de la lucha libre, cuando la porra ruda se lanza contra el técnico, todos la usan, pero a la hora de preguntarles le sacan admitirlo.
Será miedo a la cámara, será pena al qué dirán, será el sereno, pero desde morro aprendes. Sin embargo, su función no sólo es peyorativa. Le explico: los objetos, el estado de ánimo, de salud, un reencuentro con la banda, que se le quemen las tortillas, la pinchadura de un neumático, la desorganización en los conciertos de la feria, las llaves dentro del auto, un fregón botero que canta en el micro, o el sabor de una Coca Cola justo cuando el sol fríe huevos son parte de su mutación.
El origen
¿Habrá alguien en la tierra del nopal que no haya mentado o se la hayan rifado? Sea con todas sus letras, el claxon o el codo, este ademán es un ancestral mantra azteca que con transcurso del tiempo ha tomado una infinidad de variantes. Le explico, hay dos versiones.
La primera, en la época de la Colonia. Tras la llegada de los 'venancios', fueron los criollos (jijos de padres españoles nacidos fuera de España) quienes la emplearon para insultar a los mestizos (primogénitos de padre español y madre indígena), con el único propósito de recordarles que su jefa era una vil aborigen.
Y es para botarse de risa que ahora seamos mestizos, quienes les recalcamos a otros mestizos (valga la redundancia), que nuestra adorada madre es mestiza.
La segunda, desde los tiempos aztecas, nantenehua era literalmente mencionar a la madre. Cuenta la leyenda que una nación sometida por Tenochtitlán compuso la canción mofándose del emperador y de su incapacidad por someterlos, pero, ese canto manejaba (en realidad) que a quien no podía conquistar era a una anciana náhuatl.
La causa
Pueden ser muchas. Por ejemplo, en el caso de los estudiantes llegar a casa, aventar el uniforme de futbol en la cama (sin hacer) y las huellas de los tacos atiborrados de lodo en todo el piso. La reacción de la mamá que se pasó la mañana entera aseándola es lógica, pero casualmente son ellas quienes sin querer nos enseñan cómo mentarla.
Otra más. Podría matarse como abogado y de repente sin decirle ‘agua va’ no darle ni las gracias: “el patrón me dijo nada, su achichincle me la soltó ‘te me vas a chingar a tu madre’, uno tiene cierto estatus y de pronto se esfuma, como que no va”.
El efecto
En el caso del futbolista (pata bendita). “Las mamás deben comprender que uno llega cansado y no es adrede ensuciar el piso, el que grite ‘hijo de tu madre’ no me molesta, pero que toda la vecindad se entere sí; seré huevón, pero no es adrede”.
En otras palabras: “será mi amá, pero es castrante y enoja”.
Veamos la situación del padre de cuatro, esposo de dos y amante de una. Cortarle de tajo esa feria no sólo implica empeñar desde el auto, la tele de plasma y ojalá hasta la suegra, sino terminar su vida de galán de quinto patio y limitarse gastos.
“No tuvieron madre, eso fue hace tres años, por más que busqué nada, un brother me avisó que necesitaban un checador en la de San Antonio y entré hasta que subí a chofer.”
En otras palabras: venganza, “no se cuándo ni cómo, pero algún día se la voy a partir”.
Madre sólo hay una
Retrocedamos no el reloj, el tiempo. Vayámonos a cuando usted estaba en la primaria de inocente y de calenturiento en la secundaria; de novio con la nena en el cine; ¿qué tal lo recibió su señora mami en la primera jarra? Le invito a recordar sus regaños como cuando destruyó ese juguete que tanto le costó regalarle.
¿Alguna vez recibió un escobazo en la espalda?, ¿de castigo lo pusieron a chapear el jardín o levantar las 'obras' del perrito?, ¿si su cuarto estaba hecho patas arriba, qué le decía?, ¿alguna vez reprobó una materia?, ¿encendió el arbolito de Navidad? Haga memoria, húndase en sus pensamientos, ya sea hombre o mujer y reviva el pasado.
Ahora que si no se acuerda, no se preocupe, con gusto se la recordamos. Dejemos a un lado el choro y lea las variantes de la mexicanísima expresión milenaria:
1) Cada que enlodaba el piso recién trapeado: ¡Ay… jijo de tu madre!
2) Cuando reprobaba una materia y escapaba: Córrele cabrón, ora si te rompo la madre.
3) Cuando por burro el maestro lo sacó de clases: Por hojaldra ¡que ingue a su ma…!
4) Si presenta un trabajo hecho con las patas: ¿Y ésta madre?
5) Cuando por cascarear llegó a casa a medianoche: Hay chivos que tienen madre, ¡pero tú ni la conoces!
6) Cada que pedía cenar en plena “Cuna de Lobos”: Tragón, me tienes ¡hasta la madre!
7) Cuando la vecina lo sorprendió “regando” sus plantitas: ¡… en la madre!
8) Cuando por pedalear 'biclas ajenas' llegó golpeado: ¿Ora qué madres pasó?
9) Cuando en pleno agasaje los padres de su morra llegaron: ¡Madres... mis jefes!
10) Cuando su nena salió con su “domingo siete”, los cuñados le advierten: Te la vamos a partir en g-a-j-o-s
11) Cuando se empatan dos cafres de la misma ruta: Ta-ta-ta-ta-tá
12) Cuando se impacta un camión 72 A contra una 17: ¡Que madrazo!
13) Cuando pasa frente a una 55 y el cafre lo ruge el motor: ¡...! (es decir, le devuelve el saludo levantando el codo a la altura del hombro)
14) Al preguntarle si Rápido y Furioso 5 está buena: ¡Está de poca madre!
15) Cuando se quita el calor con una coquita: Dios, ¡está con madre!
16) Cuando estornuda como si lo exorcizaran: Si es por bien Dios se los pague, si es por mal, ¡chinguen a su madre!
17) Del cantinero al beodo: ¡Te me vas a chingar a tu madre!
18) Cuando un judío se pasa de 'peñafieles': Tiburcio, le acabas de dar en su madre.
19) Cuando su ñora le descubre el cuello con pintura de labial: Fulgencio, ¡no tienes ni tantita madre!
20) Cuando le pregunta a su ñora quién guisó la sopa sabor a charco: ¡Tu madre!
Ojo: fíjese a quién se la mienta, hay gente muy obediente.
¡Huya jefa que la quiero madrear, me la acaban de mentar!
Posdata
Al final de cuentas cinco palabras son las que reinarán hoy, mañana y siempre. En homenaje a ustedes mamáss que nos han limpiado las nachas, jalado las patillas y enseñado a comportarnos como verdaderos hombres, ¡gracias por ser nuestra madre!