El artista mexicano Rivelino Díaz Bernal presentó hoy aquí su exposición “Tecnolatrías y Germinalidades. Efectos del Apocapitalismo”, en la que reflexiona sobre la relación con la tecnología y el consumo de objetos que con el tiempo se vuelven obsoletos.

En entrevista con Notimex, el creador mexicano radicado en España explicó que su obra, que se exhibe en el Instituto de México hasta el próximo 15 de julio, plantea “una visión futurista sobre qué pasa con los objetos tecnológicos una vez que dejan de ser usados por las personas”.

Un teléfono celular o un casete de viograbadora a los que les nacen plantas de cebada, un control remoto de televisión que es cuchillo, un trapeador de cables y conectores, o piezas de teclado que forman un rosario, son algunas de las obras que integran esta exposición.

“Lo que quiero abordar es el consumo de la tecnología que tiene el modo de vida actual cómo nos relacionados con esos productos, que duran poco y se vuelven obsoletos y desechables”, afirmó.

Rivelino comentó que a una parte de su obra las llamó “Tecnolatrías”, que sería también una palabra compuesta para describir la adoración a la tecnología, “la que ha suplantado de alguna forma y guardando distancias a la religión, hoy para muchas personas tiene más importancia un celular que una misma creencia religiosa”.

“Hoy es la tecnología con lo que nos relacionamos, como nos conducimos, y que nos hace dependientes. Hay una dependencia de la tecnología, que antes lo era sólo de la religión”, expuso.

Recalcó que el tinte futurista de su obra le proviene de la idea de pensar “qué pasaría con montañas de aparatos electrónicos que son dejados por obsoletos, pero además que ya no se corresponden a los modos de consumo”.

Asimismo, precisó que le recuerda a la película de “Mad-Max” que plantea un futuro en el que no hay producción y la gente construye sus objetos más necesarios con las chatarras metálicas de productos fabricados en el pasado.

Mencionó que ello está reflejado en la parte de su obra que llama “Apocapitalismo”, que es la improvisación de objetos a partir de otros que son chatarra, y que es una línea que la seguirá desarrollando para futuras exposiciones.

De hecho, para esta exposición colocó una urna grande para que los visitantes que quieran donar un teléfono celular, teclados, mandos a distancia, cables y otros aparatos electrónicos viejos los pueda usar en su taller y crear nuevas piezas.