Perú amaneció hoy de fiesta al cumplirse los 100 años del descubrimiento de Machu Picchu, conocida como “La Esmeralda de Los Andes”, un santuario enigmático abrazado por un círculo de montañas desde donde los incas honraron a sus dioses.

Las festividades artístico-culturales arrancaron con 21 cañonazos de salva en las plazas Regocijo, Espinar, San Francisco, San Blas, Santa Teresa, Los Pumas y de Armas de la ciudad andina del Cusco, que se sitúa a los pies de Machu Picchu.

En el parque arqueológico de Sacsayhuamán se dieron cita autoridades del Para esta noche está previsto un espectáculo de luces y sonido acompañado por la Orquesta municipio provincial del Cusco y del Ejército peruano para encabezar la fiesta.

Andina, la Orquesta Sinfónica de Cusco y la cantante peruana Tania Libertad.

Machu Picchu es una ciudadela rodeada por un abismo de 400 metros que fue construida entre los años 1400 y 1500 por órdenes del inca Pachacútec, quien “amuralló” este enclave desde las laderas para defender a una raza que no se doblegó.

La ciudadela que es una imponente montaña que resguarda las terrazas de cultivo que abastecieron a la población incaica que sembró maíz y papas.

En la época incaica se llegaba hasta las faldas de Machu Picchu por el “Camino Inca”, que partía del Cusco hasta la Puerta del Sol, en la cima de las laderas, para continuar al Valle Sagrado y el resto de las ruinas de lo que fue el más grande imperio en esta zona.

Antes, para ingresar a este santuario había que prepararse en cuerpo y alma y no cualquiera podía ingresar a la ciudad, pero ahora bastan 20 dólares para que cualquier persona haga turismo por el lugar pese a que ya se ha alertado de su deterioro.

El descubrimiento en 1911 de Machu Picchu por el estadunidense Hiram Bingham y un equipo de la Universidad de Yale, permitió que millones de ciudadanos del mundo conozcan ahora la maravilla arqueológica.

En la ciudadela se pueden apreciar el “Intihuatana”, o reloj de sol, lugar donde según la tradición incaica se “amarra” al astro rey para que abrace la tierra y la bañe de energía.

En ese lugar, los incas observaron que cuando avanzaba el verano y el otoño el sol estaba menos tiempo cubriendo la zona, en tanto cuando se presentaba el solsticio (24 de junio) hacían una ceremonia para “atar al sol” para que no se fuera.

En la ciudadela está la roca funeraria, a la entrada del antiguo cementerio, donde hay un triple escalón que simboliza los tres mundos incas: el subterráneo, gobernado por la serpiente; el de los vivos, por el puma, y el de arriba, de los espíritus, por el cóndor.

La ciudad es considerada uno de los enigmas arqueológicos más bellos y fascinantes del hemisferio occidental y la montaña, o cumbre vieja, es custodiada por otra montaña llamada Huayna Picchu, o joven cumbre, más alta que la primera y que aparece siempre al fondo.

En el lugar existen templos de granito, acueductos, fuentes, tumbas, terrazas y miles de escaleras que permanecieron ocultas hasta el descubrimiento que hiciera Bingham.

Hasta Machu Picchu se puede llegar de dos formas: caminando desde el Cusco, por el antiguo sendero inca, o en tren, por el cual hay que pagar 87 dólares en la clase más barata y 350 dólares para el alto turismo por un recorrido de seis horas.

La travesía a pie por el “Camino Inca” puede demorar entre dos y tres días en medio de una húmeda vegetación, plagada de insectos venenosos y culebras, en tanto que por tren el viaje es de seis horas.

Excavaciones arqueológicas han determinado que en las fosas del cementerio se descubrieron 173 esqueletos, 150 de los cuales pertenecían a mujeres.

Machu Picchu fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1983 y para Perú es uno de los destinos turísticos más visitado en Sudamérica.