Como un viejo retórico, el exgobernador de Tamaulipas, Manuel Cavazos Lerma, hechizó a los priistas que le festejaron con aplausos sus ocurrencias verbales.

Como un añejo motivador, Manuel Cavazos Lerma animó a los tricolores a recuperar su pasado ganador y a duplicar la cifra de votos que obtuvo Javier López Zavala en la pasada elección local, meta para el 2012.

Los priistas le festejaron sus chascarrillos, la cita obligada de boleros, sus desplantes de filósofo del ratón loco, y sus sintagmas verbales de arcaico dinosaurio tricolor.

El exgobernador de Tamaulipas presumió —a la hora de las preguntas y respuestas con la prensa— que durante su sexenio no reinó la inseguridad en su estado, y dio consejos para acabar con el crimen.

La clase dorada del priismo poblano se congregó en torno al vetusto ejemplar del expartidazo, convertido en motivador del alicaído priismo estatal.

Todo un choúman, Cavazos Lerma —como en un revival de los Teen Tops— toreó preguntas y evidenció la verticalidad de las preguntas que se le lanzaron.
Ante un auditorio repleto de priistas, en las primeras filas la clase dorada tricolor, y en las últimas filas el sombrero como aditamento identitario, Cavazos Lerma infló su ego con los aplausos de sus fans y las carcajadas que desprendió en sus fílipicas intervenciones.

Entre lo citable de sus chispazos verbales, dijo sobre el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero: “en lugar de estar cuidando su changarro, anda cuidando su parcelita”.

Gracioso y conversador, con la simpatía a flor de piel de un Mauricio Garcés, o la ripiosa lucidez de un Piporro, citó a ese gran ideólogo del priismo campirano, José Alfredo Jiménez: “Como José Alfredo Jiménez dijo, ‘yo lo que quiero es que vuelva, que vuelva conmigo la que se fue’.”

Los priistas le festejaron sus ocurrencias; desde el diputado local Enrique Doger Guerrero, el dandy electoral del tricolor, José Alarcón Hernández; la exsenadora Lucero Saldaña Pérez; el coordinador de los diputados priistas, José Alberto González, y la secretaria general del tricolor, Enoé González Cabrera.

Y no faltó el desfile de aspirantes a la dirigencia municipal, entre otros Juan de Dios Bravo y Pepe Rocha.

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Un reportero preguntó:
—El PRI se suma a las voces, como la del senador con licencia Santiago Creel, quien pidió a Ernesto Cordero dedicarse de tiempo completo a su encomienda en el gobierno federal o separarse de su cargo, si es que aspira a la candidatura

—El reconocimiento de Creel es muy importante. No podemos hablar de canibalismo. No es que Creel esté tratando de comerse a sus hermanos de partido, sencillamente pide la estricta observación de la ley, que repito es muy clara. El tiene autoridad moral para hacerlo porque renunció para no usar recursos públicos en actos de inocultable acto anticipado de campaña
—¿El PRI se suma a la petición que han hecho estos actores?

—El PRI es un partido que va adelante, no es un partido que va atrás. El PRI no se suma, el PRI va al frente.
Al referirse al problema de narcotráfico, dio su propia receta, resaltando que en su administración no hubo inseguridad.

“No sólo es un problema político, social, cultural, militar. Del otro lado hay un mercado de 50 mil millones de dólares, por lo que va a haber proveedores siempre, ya que el foco sigue encendido del otro lado (…) Mientras haya ese ‘mercadote’, va a haber proveedores, y si usted mata a los que están, surgen más.

”Mientras esto no se conciba como un problema, va a seguir habiendo muertos. Ahora son 50 mil muertos, y va a haber más si siguen con esa estrategia equivocada”.

Cavazos Lerma también definió la diferencia conceptual entre “triunfalismo” y “triunfador”:

“Nosotros confiamos en las fortalezas no en las debilidades ajenas. El PRI es un partido triunfador, no es un partido triunfalista.

”Los triunfalistas echan el gato a retozar, los triunfadores están siempre alertas, atentos trabajando y fundan su triunfo en sus fortalezas propias.

Los triunfalistas están esperando el azar. Estamos ante un partido triunfador, que no se confía ni cae en la autocomplacencia”.

Cuando se le interrogó sobre la participación del exgobernador Mario Marín Torres en la campaña del 2012, se salió por la tangente:

“El PRI es un partido incluyente y que trabaja en equipo, el plan de elecciones llama a todos, el plan de elecciones es todo el PRI, todo el tiempo, en todas partes, como dijo Colosio”.

Y ya como la cereza del pastel, dio su propia reflexión sobre la temporalidad según el priismo, como si fuera Díaz Mirón:

“Dicen los clásicos que el pasado ya pasó, pero queda ahí como lección. Por eso el pasado es maestro de la vida, faro de los tiempos y luz del porvenir”.

Cavazos Lerma se dio el lujo de cantinflear cuando se le preguntó sobre una posible alianza entre el PRI con el Panal y el Partido Verde:

“Lo importante es lo que nos une, un mismo programa plataformas parecidas, nos une el respeto al medio ambiente, la necesidad de mejorar la calidad educativa, porque la educación es el principal instrumento y la desigualdad contra estos dos grandes problemas nacionales. Tenemos dos grandes instrumentos nacionales, como la educación de calidad y de calidez.”

Ante la retahíla verbal, se le cuestionó:
—O sea, ¿sí?

—O sea, quién sabe. No es una evasión. Si nos ponemos de acuerdo habrá coalición, o candidatura común o cualquier suerte de alianza.