El líder libio Muamar Gadafi está dispuesto a discutir con los rebeldes la formación de un gobierno de transición, pero los insurgentes descartan cualquier negociación con él y siguen su avance hacia Sirte, ciudad natal y último bastión del dictador.

En una llamada telefónica a una agencia occidental de noticias, Moussa Ibrahim, vocero de Gadafi, aseguró que el coronel libio aún se encuentra en Libia y está listo a negociar una transición de poder, a través de su hijo al-Saadi, según la cadena de noticias Al Yazira.

La llamada telefónica de Ibrahim parece representar un cambio de política del líder libio, quien el jueves pasado calificó de “ratas” a los rebeldes y llamó a la población libia a exterminar toda oposición.

Inmediatamente, el Consejo Nacional de Transición Libio (CNT), establecido por la oposición, descartó cualquier negociación con Gadafi, quien se encuentra en paradero desconocido desde hace exactamente una semana cuando los rebeldes ingresaron a Trípoli.

“No negociamos con Gadafi. Si quiere entregarse, entonces negociaremos”, dijo el ministro de Finanzas del CNT, Ali Tarhouni.

“Sólo puede entregarse y recibirá un trato justo y legal”, dijo por su parte el ministro interino de Interior del CNT, Ahmed Darrat.

El comandante rebelde Salem Derbi aseguró este domingo que la insurgencia no negociará con Gadafi, ya que el hasta ahora líder libio es “un asunto del pasado”.

"No habrá nunca negociaciones con Gadafi. Ha sido apartado (del poder) para siempre y es ya un asunto del pasado", dijo Derbi a la cadena Al Yazira.

En tanto, los rebeldes libios continúan este domingo su avance hacia Sirte, uno de los últimos bastiones de Gadafi que creen que estará bajo su control en un plazo mínimo de 10 días.

El comandante rebelde, coronel Salem Mufta Al Refaidy, explicó que sus tropas avanzan hacia Sirte desde el este y el oeste para tomar el control de esa ciudad, sin embargo también están intentando negociar la rendición de esa ciudad para evitar el enfrentamiento directo.

“Nuestro objetivo no es el derramamiento de sangre, sino la liberación. No queremos más sangre, especialmente la de los civiles, niños, ancianos y mujeres, pero ya no podemos dar marcha atrás”, explicó el coronel.

Los rebeldes libios calculan que tardarán al menos 10 días en hacerse con el control de la ciudad de Sirte, uno de los posibles escondites de Gadafi tras la toma de Trípoli.

Por un lado, las unidades rebeldes que han partido desde la oriental ciudad de Bengazi ya se encuentran a 100 kilómetros al este de Sirte, en la localidad de Ben Jawad.

Mientras otras columnas de insurgentes avanzan hacia Sirte desde Misurata (oeste de Libia) con la intención de entablar combate si las negociaciones que actualmente están en curso para la rendición de la ciudad fracasan, según fuentes rebeldes.

Observadores internacionales temen que la batalla de Sirte sea más sangrienta que la ocurrida en Trípoli, donde aún permanecen tendidos en muchas calles cadáveres putrefactos de combatientes de los dos bandos.

En Sirte se cree que permanece atrincherado el núcleo más fiel a Gadafi y además la ciudad alberga importantes instalaciones militares.