Fueron meses de preparativos.

Invitados, música, flores, cena, logística y espectáculos. Todo para la fiesta de 15 años de su hija Adriana.

La oportunidad de demostrar su poder de convocatoria, a pesar de los años, estaba frente a él.
El día llegó.

La iglesia de El Cielo fue iluminada. El padre Nacho González Molina (“el sacerdote de los ricos”, como le dicen) ofició la misa en la que la adolescente recibió la eucaristía acompañada de sus padres Enrique Doger y Alicia Villegas.

Mientras esto sucedía en el cerro de La Paz, en la explanada de la Casa Club de La Vista se revisaban los últimos detalles de la gran fiesta. Todo debía salir perfecto. Poco antes de las nueve de la noche los valet parking acomodaban camionetas de lujo de todas las marcas. Los choferes fungían como guaruras y recibían los tickets de manos de los jóvenes uniformados.

Guapas edecanes con elegantes trajes negros y lista en mano, preguntaban con amable sonrisa a los invitados su apellido, para asignarles el número de mesa y acompañarlos hasta el lugar establecido en el papel.

Grandes carpas protegían del frío y de la posible lluvia. La festejada arribó al lugar acompañada de sus papás y sus dos hermanas en una lujosa limusina blanca.

La primera zona de la recepción consistió en un área tipo lounge, simulando un “antro” de esos a los que no cualquiera tiene acceso. Sillones en blanco, “periqueras”, luces tenues y decenas de parejitas adolescentes disfrutando de su juventud. Personajes disfrazados al estilo circense, similares a los que posteriormente aparecerían en el inmenso escenario ubicado al fondo del lugar donde se presentó como primera parte de la sorpresa la obra casi completa del Cirque du Soleil.

Mesas de cristal para 12 personas con lo más fino en lozas y colocados perfectamente para ser parte de lo que será una de las cenas más sofisticadas ofrecida en los eventos político-sociales. El menú consistió de entrada con “camarones Andrea, crema de 4 quesos, sorbete de naranja, limón y maracuyá, como de plato fuerte, filete de res y salmón”. Para no romper con la delicia el postre fue opcional: “tiramisú, merengón de almendras o torta de Santiago”; todo servido por la famosa empresa Jalil di Banquetes.

Pasadas las diez de la noche el lugar estaba casi completo. Más de 2 mil invitados eran testigos de las intenciones de Enrique Doger quien no escatimó y tiró la casa por la ventana para conmemorar los primeros 15 de su hija.

Todos estaban ahí.

Enrique Doger agradeció no sólo de mano, sino con abrazos efusivos a quien se le acercaba. Javier López Zavala, Enrique Aguera, Blanca Alcalá, y varios diputados locales, federales, exfuncionarios de su gobierno, secretarios de la actual administración que encabeza Rafael Moreno Valle, quien por cierto fue invitado pero su viaje a Alemania le impidió asistir al gran evento. Además, estuvieron presentes empresarios, directores de medios de comunicación y funcionarios universitarios.

Nadie puso atención al show del Cirque du Soleil que duró más de dos horas. Los presentes se observaban unos a otros. Se saludaban, se analizaban, se abrazaban con la tranquilidad de no ser los únicos ahí presentes.

De repente, al costado de las mesas una pista de baile decorada al estilo de los años 80 se encendió. Un video con fotografías de la familia fue presentado en una pantalla gigante. Una conductora pidió al expresidente municipal pasar al centro y bailar con la festejada, rodeada de sus amigos.

Mientras tanto, los niños pequeños se entretenían en un área especial en el que olvidaban el horario. Ahí tuvieron la oportunidad de dibujar, hacer pasteles de jabón o jugar con una cena acorde pues disfrutaron de tacos, papas, palomitas, dulces y una fuente de chocolate.

Pasada la una de la mañana y después de observar a los acróbatas, contorsionistas y bailarines de primer nivel, los invitados también presenciaron un concierto especial para la festejada del grupo Río Roma, quienes ocupan actualmente los primeros lugares de popularidad en su género. Los jóvenes deleitaron a los presentes con sus ya famosas canciones “Al fin te encontré” y “Me cambiaste la vida”.

La noche era joven para los jóvenes y larga, muy larga para los políticos y empresarios que quizá después del pasado viernes por la noche ven al diputado local priista Enrique Doger con otros ojos.

El poder es así.