El principal problema ahora en Europa es la debilidad de su sistema bancario, que al tener dificultades de capitalización podría inhibir el otorgamiento de crédito y trasladar la situación a sus subsidiarias en el extranjero, como en México, consideró Invex Banco.

El director de Estrategia y de Análisis de la institución, Rodolfo Campuzano Meza, refirió en conferencia que la situación empieza a tomar tonos parecidos a los observados en 2008, y que al darse una fuerte desconfianza del sistema bancario se observa un corte de circuitos de financiamiento.

De ahí, señaló, los bancos empiezan a tener dificultades para financiar sus operaciones diarias, así que el mercado de financiamiento bancario en Europa está “interrumpido”.

El directivo de Invex precisó que instituciones bancarias en esa región, no sólo las que tienen deuda de Grecia sino en general, registran problemas para financiarse, por lo que deben acudir al Banco Central Europeo para recibir liquidez diaria y realizar sus operaciones.

“Si un banco no tiene manera de acceder a financiamiento de corto plazo, lo primero que hace es voltear y decirles a los que tienen abiertas líneas de crédito con él que ya no podrá financiar dicha línea”.

Así, continuó, lo que se presenta es un problema de aparente corto circuito en el flujo de financiamiento, que obviamente hace ver los balances de los bancos peor, lo que ha hecho que la atención se centre en este sector y ya no en Grecia.

El directivo argumentó además que este problema no es de un solo país, como el caso de Grecia, sino a nivel global.

Para Campuzano Meza, la situación podría trasladarse de los bancos, como los españoles, a sus subsidiarias financieras en el extranjero, a través de una restricción del crédito, en especial al sector empresarial derivado de un entorno de menor crecimiento.

Aclaró que ello no significará que instituciones como BBVA y Santander retiren inversiones, sobre todo de México, ya que son sus subsidiarias más rentables, pero “lo que sí creo es que se presente una restricción en la operación y en el flujo de crédito hacia las empresas”.

Ello, dijo, a raíz de que son entidades con problemas en su casa matriz y que por lo mismo adoptan menos riesgos, lo que se observó ya en 2008 y que puede volver a pasar, lo que contribuye a que el crecimiento en México sea también “flojo”.

Aclaró que también es una decisión muy natural del sistema bancario de un país, tenga o no subsidiarias o su casa matriz en el extranjero.

Respecto a la situación del tipo de cambio en México, Campuzano Meza consideró “difícil” volver a ver un dólar en un nivel de 11.50 pesos, aun superado el periodo de volatilidad, por lo que se esperaría un rango de 12.50 a 13.00 pesos por divisa.

Coincidió con el Banco de México en que esta situación en el mercado cambiario será temporal, derivada de las preocupaciones sobre Europa, que lleva a un menor aversión al riesgo y con ello buscar refugios más seguros, como lo es el dólar.