China acusó hoy al Dalai Lama de “terrorismo camuflado” por animar a los monjes tibetanos a quemarse a lo bonzo en protesta por la represión en el Tibet.

Las actividades separatistas que se cobran vidas son violencia y terrorismo camuflado”, dijo el portavoz de la cancillería china, Jiang Yu., después de que la víspera una religiosa se prendió fuego en el suroeste de China, el noveno de estos casos.

Por su parte el gobierno tibetano en el exilio, en la ciudad india de Dharamsala, alabó el “coraje” de los monjes tibetanos que en los últimos meses se han prendido fuego como acto de protesta contra lo que consideran la represión de su cultura y sus tradiciones.

El primer ministro del gobierno en el exilio, Lobsang Sangay, dijo que se organizó un día de plegarias para expresar “solidaridad con los tibetanos que sacrificaron sus vidas por la causa tibetana, en particular los que se prendieron fuego”.

Rendimos homenaje a su coraje

El Dalai Lama, quien cedió hace unos meses sus poderes políticos y se limita ahora a cuestiones espirituales, inició un ayuno de un día antes de comenzar una sesión de plegarias en el principal monasterio de Dharamsala en memoria a las víctimas.

La monja tibetana Tenzin Wangmo, de 20 años, se prendió fuego en la ciudad de Aba, en la provincia de Sichuán, donde los últimos meses han proliferado los actos de protesta contra el Gobierno chino por parte de los religiosos tibetanos.

Se trata de la primera mujer que muere recientemente en un incidente de este tipo en China.

Los actos de auto-inmolación no son aislados, protestas han sido reportadas en la región y los llamados para protestas más amplias están aumentando”, señaló ayer en un comunicado Stephanie Brigden, directora de la organización Free Tibet, con sede en Londres.

Free Tibet advierte también de que el uso de la fuerza por parte del Gobierno para frenar este tipo de actos podría provocar actos masivos de protesta.

La organización también asegura que la policía disparó el domingo a dos monjes para dispersar una manifestación sucedida también en Sichuán, mientras los llamados a nuevas protestas proliferan, por lo que las fuerzas de seguridad china reforzaron sus posiciones en la región con más efectivos y con detenciones entre los monjes.

China, que asegura haber liberado pacíficamente el Tibet en la invasión de 1951, estrechó el cerco contra los opositores tibetanos desde los incidentes de marzo de 2008, en los que según cifras oficiales 18 civiles y un policía murieron, aunque los exiliados tibetanos cifran las víctimas en 203 tibetanos, en su mayoría víctimas de la represión china.