La periodista mexicana y activista de los derechos de las mujeres Lydia Cacho alertó aquí sobre lo que definió como “glamourización” de la prostitución en México, fenómeno que el crimen organizado aprovecha para fortalecer el tráfico de personas y la venta de drogas.

Los criminales atraen al tráfico de droga a muchas mujeres, en especial a las adolescentes, con una idea de que la prostitución es una actividad con glamour”, dijo Cacho, quien mencionó que la novela colombiana “Sin tetas no hay paraíso” refleja precisamente ese lado de la prostitución dentro de la cultura del narco.

Ganadora del Premio internacional al valor, otorgado por el Club Pen, Cacho participó la víspera en una conversación en la Universidad de Columbia sobre tráfico de mujeres, junto con la activista india Triveni Acharya.

La periodista declaró en una entrevista posterior al acto, que, a diferencia de Colombia, en México no hay un producto cultural específico que refleje o promueva la “glamourización” de la prostitución.

Sin embargo, señaló el uso reiterado de estereotipos sobre las mujeres en mucha de la televisión mexicana, en especial en las telenovelas, que considera cada vez más sexistas pese a que hace años hubo intentos por frenar el uso de estos clichés.

Muchas telenovelas promueven esta noción de que las chicas guapas con cierto aspecto pueden lograr lo que sea, particularmente si están ´supersexuadas´ y son capaces de manipular y hacer cualquier cosa con tal de llegar al poder”, afirmó Cacho.

Mencionó asimismo que la falta de oportunidades de empleo y de desarrollo profesional hace a muchas jóvenes presas fáciles del dinero y el lujo ofrecido por los cárteles criminales, que igualmente se han transformado para ofrecer imagen más sofisticada.

Hay toda un presión social, que no necesariamente tiene que ver con un mafioso que trae un puro en la boca y un rifle AK-47 en el hombro, pero que efectivamente genera una cultura en que se normaliza la explotación sexual de las jóvenes”, manifestó Cacho.

La autora aseveró que el crecimiento del “prestigio” de una actividad como la prostitución puede aún ser tenue como fenómeno social, pero que en México existe una tendencia innegable en ese sentido.

El fenómeno es visible más claramente en las ciudades balnearios, como Cancún, donde se ofrece a las jóvenes el acceso a un mundo de lujo y sofisticación como punto de entrada a la prostitución y al tráfico de drogas.

Para Cacho, el glamour creciente que tiene la prostitución para muchas jóvenes en México es el equivalente del atractivo que tiene para muchos menores en situación de pobreza en este país convertirse en narcotraficantes, y lograr así una posición social de poder y prestigio.