A más de un año de la salida de José Luis Sánchez Solá “Chelís”, Puebla no termina de encontrar el camino, pues durante los torneos Clausura y Apertura 2011 se quedó a la orilla de disputar una fase final.

La directiva que encabeza Ricardo Henaine decidió darle continuidad a José Luis Trejo en el banquillo y con el objetivo de que el equipo pudiera dejar atrás la era del “Chelís” contrató a un gran número de jugadores, quienes ya habían vivido sus mejores momentos.

Ejemplo claro de esto el paraguayo Nelson Cuevas, quien sólo jugó nueve partidos, sin gol y poco aporte a una ofensiva que sufrió mucho, pese a que el ecuatoriano Félix Borja buscó dar la cara de la mejor forma.

Todo esto repercutió en pobres resultados que generaron la salida de Trejo de la dirección técnica tras perder ante Pachuca en la fecha seis del Clausura 2011 para dejarle su lugar al uruguayo Héctor Hugo Eugui, de buenos recuerdos con los Indios de Ciudad Juárez.

La situación del porcentaje ya era algo que no podía dejarse de lado, por ello la prioridad de charrúa fue rescatar el mayor número de puntos posible sin importar el cómo, y así lo hizo, pero sin que le alcanzara para poder colarse a la liguilla.

Una vez más la falta de compromiso por parte de la directiva en el retraso de los pagos fue un factor que afectó a todo el equipo, así como a Eugui, quien al no encontrar garantías decidió emigrar al Toluca.

Sergio Bueno fue el “valiente” que aceptó entrarle a esta arriesgada apuesta y lo hizo con incorporaciones interesantes como las del español Luis García, el colombiano Duvier Riascos y el estadounidense DaMarcus Beasley.

La irregularidad fue uno de sus principales problemas, porque así como eran capaces de golear a Guadalajara en calidad de visitantes, pudieron apenas ganar uno de sus primeros cinco duelos en casa.

Y aunque llegaron a la última fecha con opciones, la combinación de resultados no les favoreció y el equipo se quedó al margen de disputar la liguilla.

El trabajo de Bueno fue aceptable, e incluso Jesús López Chargoy, uno de los accionistas del equipo, afirmó en su momento que se mantendría en la dirección técnica, algo que al final no se cumplió y en su lugar llegó Juan Carlos Osorio, un estratega totalmente desconocido para el medio mexicano.