El PRI y el morenovallismo comprendieron a cabalidad las maravillas de los acuerdos y el cogobierno.

El acuerdo pactado en Polanco entre el dirigente nacional del tricolor, Humberto Moreira y el gobernador Rafael Moreno Valle dio sus frutos.

Con 38 votos a favor, cero votos en contra y cero abstenciones, el Congreso aprueba la Reforma Electoral. Entre cálidos elogios, diputados aprobaron la reforma electoral en un clima de unanimidad. La maquinaria legislativa aprueba la reforma Moreira-Moreno Valle pactada en Polanco, sin ahondar en diferencias. Resaltaron diputados inclusión de todas las fuerzas políticas y capacidad de diálogo al concluir el segundo período ordinario de sesiones.

Por si fuera poco, el PRI no criticó ni con el pétalo de una rosa al gobierno estatal.

Y ya en el ámbito futurista, Jorge Castañeda Gutman, excanciller foxista presumía su peñanietismo confiando en que Enrique Peña Nieto iba muy por delante de cualquier otro aspirante a la Presidencia de la República, a la vez que el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón se placeaba en la ciudad de Puebla para llegar en 2012 a la casona de Xicóhtencatl como senador.

Los diputados echaron las campanas al vuelo, ya que al cierre del segundo período ordinario de sesiones lograron la aprobación de la reforma electoral pactada entre Humberto Moreira, líder nacional del PRI y el gobernador Rafael Moreno Valle. Solo 38 votos bastaron para lograr la aprobación de la reforma.

El ordenamiento legal modificado incluye candidaturas comunes, coaliciones parciales y totales; también una nueva estructura del Instituto Estatal Electoral para crear la figura de secretario ejecutivo; disminución de los tiempos de campaña (60 días) y de precampañas (40 días); la obligatoriedad para que el IEE convoque a debates.

Y sin duda, el tema central fue la homologación de los procesos electorales locales con los federales a partir de los comicios del año

2018, lo que obligará a pasar por un mini periodo de gobierno.

De esta manera, las elecciones se celebrarán el primer domingo de julio del año que corresponda, para lo cual el IEE podrá convenir con el Instituto Federal Electoral (IFE) que éste se haga cargo de la organización de los procesos electorales locales.

El legislador del PAN Mario Riestra Piña se congratuló por la aportación de todas las fuerzas políticas en la construcción de la reforma electoral. “El grupo legislativo del PAN celebramos el consenso logrado con las distintas fuerzas políticas para enriquecer dicha iniciativa, ya que trataron de incluirse los diferentes planteamientos e inquietudes de los partidos políticos.”

En su intervención en la tribuna, afirmó que todas las fracciones parlamentarias enriquecieron la propuesta enviada por el Ejecutivo para que la propuesta de reforma “no dependiera de la fuerza sino de la razón”. De acuerdo con el diputado Riestra Piña, las bondades de la reforma fueron: la fiscalización de los partidos políticos en el gasto y obtención de recursos, con la intención de mejorar al Instituto Electoral del Estado (IEE), y la concurrencia de los procesos electorales locales con los federales a partir de los comicios de 2018.

Riestra dijo que entre los temas que dejaron pendientes los legisladores estuvieron los de la redistritación y la homologación de las elecciones de las juntas auxiliares, ambos tópicos fueron excluidos de la discusión sobre la reforma legislativa debido a la petición que realizó el dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira al gobernador Moreno Valle, principal impulsor de la reforma electoral.

Una tenue crítica fue lanzada por el diputado del Partido del Trabajo (PT) Zeferino Martínez, quien señaló que no se incluyeron las propuestas realizadas por su bancada. El PT y Convergencia fueron los únicos partidos que presentaron propuestas de reforma electoral alternativas.

En el caso del PT, esta bancada presentó una propuesta para acabar con la sobrerrepresentación en el Congreso en la asignación de diputados plurinominales, propuesta que beneficia principalmente al PRI.

Este partido político se ha opuesto sistemáticamente a esta modificación. Sin embargo, el PT hizo votos para que se escuchen las propuestas de su bancada.

A la hora de las votaciones, el diputado Zeferino Martínez votó a favor de la propuesta pactada entre Moreira y Moreno Valle, que incluyó elementos propuestos por el PRI y por el PAN.

Asimismo, el presidente de la Gran Comisión, Guillermo Aréchiga Santamaría, resaltó la capacidad de interlocución de todas las fracciones parlamentarias en el Congreso y el éxito para llegar a acuerdos escuchando las propuestas de todas las fuerzas parlamentarias representadas.

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Desde las redes sociales se develaron los pormenores del “madruguete” Moreira-Moreno Valle, en el que las cúpulas acordaron la aprobación de la Reforma Electoral enviada por el gobernador poblano al Congreso.

La maquinaria de la obediencia se impuso en el Congreso local, el consenso labrado en Polanco entre las cúpulas de la “oposición responsable” (PRI) y Rafael Moreno Valle no dejó dudas de la alta estima entre priistas y expriistas para conservar la gobernabilidad estatal con miras al 2012.

Al cerrar el segundo período de sesiones los legisladores aprobaron la reforma que contempla como punto central que la elección de gobernador se efectuará el día y año de la elección de presidente de la República; asimismo, el gobernador durará en su encargo seis años y tomará posesión en ceremonia que se celebrará el 14 de diciembre del año de la elección.

Lozano se placea rumbo al Senado
Descartado de la carrera presidencial el ahora exsecretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, se placeó por la ciudad de Puebla con un solo propósito: permitirse el lujo de candidatearse para el Senado.

Lozano se anotó, casi con un año de anticipación, al Senado como ateniendo a que no le alcanza para disputar la candidatura del PAN a la Presidencia de la República. Añora Alarcón una senaduría como premio de consolación.

La visita a Puebla del entonces secretario del Trabajo se volvió una pasarela política de sus anhelos transexenales. Los visos futuristas del funcionario del gabinete federal, conocido por su férrea labor al frente de la dependencia, tuvieron un respiro. Lozano aprovechó su visita a Puebla lo mismo para recorrer las obras del puente de la calzada Ignacio Zaragoza; hacer su tour matutino de medios; para desayunar en el Royalty, es decir, para hacerse ver en la ciudad y emitir sus mensajes de poblanidad ad hoc dignos de cualquier aspirante local; tomarse fotografías con transeúntes —lo cándido no quita lo fotogénico y la menor provocación siempre genera un doble “clic”— y para reunirse con empresarios y líderes sindicales en el Salón Barroco del edificio Carolino de la UAP, y hasta pareció condolerse del desempleo de los trabajadores y familias de Luz y Fuerza del Centro en Nuevo Necaxa.

Lozano Alarcón habló de todo: del conflicto en el Colegio de Bachilleres de Puebla, las negociaciones entre el SITIAVW y la armadora alemana, incluso de paso abordó sus aspiraciones presidenciales.

El entonces secretario del Trabajo y Previsión Social convirtió su agenda de trabajo en Puebla en un foro para atraer los reflectores. El funcionario se hizo acompañar del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, a quien respaldó en su campaña rumbo a la gubernatura asistiendo a diversos actos de campaña el año pasado.

El político poblano jugó con los escenarios, en plena prestidigitación futurista.

Con habilidad, ante las preguntas de la prensa, Lozano Alarcón avizoró un panorama favorable para sus aspiraciones políticas. El funcionario federal criticó al senador Santiago Creel Miranda, quien dejó el Senado para buscar la candidatura del PAN a Los Pinos. Con severidad, calificó la decisión de dejar su curul en el Senado como incongruente. Y como si Creel fuera un político de oposición y no un miembro de su partido, el funcionario estatal afirmó que la decisión de Creel fue mediática.

Además, Lozano Alarcón mandó a hacer una encuesta para conocer cuál es su posicionamiento electoral. A partir de la aplicación de este ejercicio demoscópico, el funcionario federal evaluará si persevera en sus aspiraciones a ser el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia de la República.

“Aún no sé en qué día de la próxima semana tomo mi decisión, no lo puedo saber todavía pero no pasa de la próxima semana que lo anuncie y que ya fije esa posición. Ya sea seguir adelante con mi legítima aspiración por la candidatura a la Presidencia o bien hacerme a un lado para que se vaya adelgazando este número de aspirantes y podamos fortalecer un poco más el proceso.”

 En su análisis, Lozano Alarcón desechó que en su partido la candidatura presidencial se logre a través de una candidatura de unidad. El funcionario federal confió en que habrá una disputa interna fuerte, buena y firme; además, aprovechó para criticar las reformas realizadas por el Senado que le dan una mayor contienda a los procesos electorales. Dijo que dichas reformas dejan “atado de manos” al PAN en la lucha por la Presidencia de la República.

En el mismo orden de ideas, el político dijo que va a participar en la contienda electoral del próximo año, y con la finura de un funcionario lópezportillista, Lozano Alarcón habló del honor para representar a su partido en las próximas elecciones: “De una u otra manera si no es como candidato a la Presidencia de la República por el Partido Acción Nacional —pues para mí sería todo un honor—, estar representando a mi estado de una u otra forma, pero acompañar como proyecto y como equipo”.

Javier Lozano soltó la típica frase de los políticos en campaña: “Nada me daría más gusto que ser el candidato, mandé a hacer una encuesta, vemos si le seguimos o ahí la dejamos. Me honraría representar a Puebla de alguna u otra manera.”

El peñanietismo de Castañeda
En visita a Puebla, el excanciller Jorge Castañeda Gutman confió que el priista Enrique Peña Nieto ganaría las elecciones para el PRI en 2012. Jorge Castañeda consideró que el gobernador mexiquense ganaría las elecciones si fueran hoy, pero acotó que “nada está escrito” y que las distancias pueden acortarse cómo sucedió en 2006.

Castañeda señaló que en el actual contexto y con las encuestas de hoy, que se han vuelto instrumentos de medición confiables, Peña Nieto ganaría las elecciones con más de 20 puntos. Para Castañeda en 2012 participarán en la contienda Enrique Peña Nieto (PRI), Josefina Vázquez Mota (PAN) o Ernesto Cordero (PAN) y Andrés Manuel López Obrador por la izquierda; Castañeda descartó a Marcelo Ebrard por la necedad de Obrador. Acotó que aún no empiezan las campañas por lo que pueden darse cambios en las actuales preferencias electorales y que “nada está escrito”.

En el caso de Cordero, actual secretario de Hacienda, Castañeda afirmó que la crisis económica internacional complica la situación, ya que el país perdería a un buen secretario de Hacienda a cambio de su candidatura y en estos momentos Cordero se encuentra muy vulnerable. Recomendó a Cordero conseguirse un buen vocero porque en muchas ocasiones sus declaraciones han sido desastrosas, además consideró que con mucho dinero puede reducirse una ventaja electoral, ya que esto apenas empieza.

El político afirmó que las elecciones pasadas los candidatos que se veían muy “sólidos y fuertes”, pero al final hubo sorpresas y se acortaron las distancias: “Los que parece ser candidatos mediocres prenden con la gente y se van para arriba.”