En el marco de la presentación de su libro Mañana o pasado, el misterio de los mexicanos, Jorge G. Castañeda criticó la Ley Electoral en la que se basan las actuales campañas políticas, porque desde su perspectiva tiene una serie de defectos negativos porque se aprobó sin pensarse muy bien en las dos Cámaras y en el Poder Ejecutivo, “las campañas negativas son positivas para los países”.

Reiteró que la Ley Electoral aprobada en 2007 no le gusta y ya se observan las consecuencias, porque coarta la libertad de muchos mexicanos de informarse mejor sobre los candidatos, “creo que si alguien miente o inventa, que se lo digan, y si inventan que inventó, que la sociedad juzgue, porque ya estamos grandecitos para hacerlo”.

Ante eso, lamentó que por desgracia es la ley que se tiene en el país y todos deben atenerse a ella; sin embargo, recordó que es uno de los intelectuales del país, que se ampararon contra la ley, porque es muy mala, aunque consideró que será muy difícil cambiar el ranking y la correlación de fuerzas entre los candidatos en los dos meses y medio que quedan de campaña.

Castañeda dijo que lo recomendable para México es que los electores conozcan mejor a los candidatos a través de las campañas negativas y lo que piensan otros ciudadanos, “me da la impresión que van a terminar como arrancaron, yo por lo pronto no tengo candidato y decidiré cuando llegue el momento”.

Ante eso, dijo que lo importante es que votará por quien se acerque más a la propuesta programática que presenta en sus últimos libros y más recientemente en el que escribió con Héctor Aguilar Camín, Una agenda para México, pero también a quien responda a las preguntas que formularon un grupo de personas en el desplegado llamado “De los preguntones”, que ojalá —dijo— el Instituto Federal Electoral lo utilice para los debates.

El excanciller dijo que le interesan las propuestas y las respuestas, no la personalidad de los candidatos, al tiempo de indicar que percibe un México que no está contento con la oferta política que tiene, “pero es un país que en muchos sentidos está mejor que nunca; yo soy todo, menos calderonista”. Sin embargo, dijo que en términos económicos y sociales el país está muy bien, con la pequeña excepción de 60 mil muertos, “algo que está cabrón, pero el país no va mal”.