Todo está prácticamente listo para que se publique la convocatoria correspondiente y se ponga a la venta el Sistema Operador de Agua Potable de Puebla (SOAPAP).

De encontrar comprador, el gobierno de Puebla se librará de la pesada carga que es este organismo, el cual arrastra adeudos por cerca de 3 mil millones de pesos heredados por anteriores administraciones y que representan un riesgo para las finanzas del estado. Lo que se discute actualmente entre los altos mandos del morenovallismo, es si el organismo, su cobranza, las plantas de tratamiento se venden en paquete junto con los pasivos o el gobierno del estado absorbe la deuda, lo cual elevaría mucho la deuda directa de la administración estatal.

La respuesta parece ser obvia, hay que buscar un comprador que quiera absorber los pasivos, pero ¿quién en su sano juicio quiere comprar una empresa quebrada y con pasivos de alrededor de los 250 millones de dólares o 3 mil millones de pesos? Lo que es un hecho, es que el SOAPAP será puesto a la venta porque el gobierno del estado no quiere saber nada de esta “bomba de tiempo”, la cual puede estallar en cualquier momento y también compromete siempre la calificación de las finanzas de la administración estatal.

El problema del agua potable es real, los recursos cada día se agotan más y serán necesarias inversiones millonarias en los próximos años para garantizar el abasto del vital líquido para Puebla y su zona conurbada.