El Ejército israelí prueba este lunes un sistema de alertas a teléfonos móviles para la población civil yestá acumulando municiones y raciones de alimentos a lo largo y ancho del país. Desde la semana pasada los dirigentes del gobierno dicen que se aproxima el momento de atacar a Irán para neutralizar su actividad nuclear, pero la decisión de atacar al país persa no puede tomarse a la ligera, sobre todo cuando Israel sufre un creciente aislamiento en la región. 

En Egipto, la llegada al poder de Mohammed Morsi, representante de los Hermanos Musulmanes, plantea el apoyo al pueblo palestino ocupado por Israel y está restableciendo sus relaciones con Irán (que se habían roto desde que Egipto reconoció a Israel como estado). La frontera entre Israel y Egipto vive instantes de alta tensión desde que la semana pasada el ejército del país árabe traslado allí una buena parte de su arsenal para combatir a grupos yihadistas, que aprovecharon los meses de la revolución en El Cairo para tomarse el control de la zona, desde donde buscan atacar a Israel y traficar armas y personas a la Franja de Gaza. La presencia de fuerzas egipcias en la península del Sinaí, aunque ha sido aplaudida por Israel como un intento por pacificar el territorio, va en contra del tratado de paz que firmaron ambos países en 1979, según el cual el Sinaí debería estar desmilitarizado.

En las fronteras del norte de Israel la situación no es menos preocupante. La guerra en Siria es escenario del choque entre potencias nucleares que buscan posesionarse en la región. Irán, si es que su programa está destinado a fabricar arsenal atómico, es uno de estos países. El régimen de Teherán, que ha declarado que Israel debe ser eliminado del mapa, es el firme aliado del mandatario sirio Bashar Al Assad y lo apoya económica y militarmente. En Líbano, Irán es aliado de la milicia y partido político Hizbulá, que también habría enviado mercenarios para apoyar al régimen sirio.

La presencia de Irán en Oriente Medio se concreta en tres países que rodean a Israel. El gobierno de Benjamín Netanyahu, que tanto ha amenazado con un ataque para neutralizar la amenaza nuclear del país persa, debe pensarlo dos veces antes de hacerlo. Cualquier ataque podría desencadenar una lluvia de misiles no solo desde Teherán sino desde Siria, Líbano y quizás la Franja de Gaza –aunque no son directos aliados de Irán, también buscan la destrucción del estado hebreo-.

Es por eso que el ejército israelí pone a prueba un sistema de defensa que consiste en alertar por medio de mensajes de texto a determinada población cuando se detecten mísiles cercanos. Pero eso no es todo, expertos han afirmado que el Ejército ya tiene listos los sistemas antimisiles de corto y largo alcance, Iron Dome y Arrow 2, que podrían interceptar la mayoría de misiles y cohetes. Está pendiente el sistema David Sling, para misiles de medio alcance, que no estará operativo hasta finales del 2013. Según el diario Yediot Aharonot, el Ejército ha decidido aumentar las municiones y reservas de provisiones en muchas bases militares y está almacenando decenas de miles de raciones de comida y otros productos en todo el país.

El primer ministro, Benjamín Netanyahu, afirmó ayer que se han hecho muchas mejoras en la preparación de la defensa de la retaguardia, para lo que mantiene reuniones con los responsables cada dos semanas desde que accedió al puesto en 2009."Hemos invertido miles de millones (...) para defender las instalaciones, instituciones y hogares. Entrenamos para varios escenarios (...), estamos mejorando de forma completa nuestros sistemas de alerta y hacemos otras cosas que no puedo detallar aquí", explicó ayer el primer ministro, que añadió que Israel ha reforzado "la fortificación de estructuras y los refugios".

El diputado y jefe del Subcomité Parlamentario para Defensa del Frente Interior, Zeev Bielski, reconoció que "en los últimos años se ha avanzado mucho", pero mostró sus dudas sobre la preparación del país para una contienda inmediata. "Hemos pedido al Gobierno que destine un mayor presupuesto a la protección de la retaguardia. Hay que reforzar las capacidades de las alcaldías, para que puedan atender a la población en una guerra. Quedan aún hospitales sin fortificar. La mitad de los israelíes no tiene máscaras de gas y no hay fábricas que las puedan proveer en un corto plazo, y un 25% de los hogares israelíes no tienen cuarto de seguridad blindado", se quejó.