Con la exposición “Libros expurgados y libros prohibidos”, la sala de lectura de la Biblioteca Histórica José María Lafragua de la UAP, muestra una selección de textos que fueron condenados por la Santa Inquisición y que llegaron a América a través de diferentes vías.

Este Tribunal, que se constituyó en 1571 para castigar a quien cometiera herejías o emitiera críticas en contra de la Corona Española, llevó sus decisiones hasta los libros a los que prohibió o expurgó. En este último caso tachaba o cubría las partes que consideraba eran contrarias a la Iglesia católica o a la monarquía.

La Inquisición era la responsable de vigilar los envíos de libros a la Nueva España y que éstos fueran acordes con la religión y las buenas costumbres. Para poder embarcar un cajón de libros, el responsable tenía que entregar una relación del registro.

Sin embargo, había otras formas de transportarlos, ya sea como libro personal, que se guardaba en el equipaje, o bien llegaba con los dueños de los barcos, eludiendo así el control, explicó el Director de la dependencia, Manuel de Santiago Hernández.

Uno de ellos, dijo, fue la Biblia del Oso (conocida así por su portada, pues en ella se ve un oso tratando de tomar miel de un panal), que fue traducida por Casiodoro de Reina, un monje de la orden de los Jerónimos que vivía en un convento de Sevilla, en el siglo XVI.

Este libro forma parte de la primera edición de la Biblia en castellano, que data de 1569. Después de que fue aplaudida y autorizado por la iglesia católica, cuando el monje decide volverse protestante y emigrar a Suiza, la Inquisición prohíbe su lectura.
Este texto antiguo que forma parte del acerbo de la Biblioteca tuvo como último poseedor a un holandés, cuyo nombre y firma aparece en su interior con una fecha del siglo XVIII”, comentó el funcionario

En las vitrinas del recinto universitario se puede apreciar el Índice de libros prohibidos que data de 1707, una lista de todos los textos que no estaban autorizados para su circulación. Otro libro es Repúblicas del mundo, que fue condenado porque habla de los judíos como pueblo civilizado y con una religión determinada, lo que le molestó a la Iglesia, que sintió afectado su monopolio ideológico.

Está también la Enciclopedia de Diderot que fue prohibida porque presenta a los saberes de la ciencia como producto del hombre y no de Dios. El Mallei Maleficarun o Martillo de las Brujas, era el manual que utilizaba la Inquisición para identificar y castigar a brujos, hechiceros, adoradores de Satanás.