El investigador del Instituto de Ciencias Físicas, de la UNAM, Wolf Luis Mochán Backal, retó al secretario de Seguridad Pública de Puebla, Ardelio Vargas Fosado, a llevar a cabo juntos una prueba de los detectores moleculares para demostrarle que son un fraude.

El connotado científico en una misiva enviada a Intolerancia Diario, tras informarse de las declaraciones del funcionario estatal, señaló que está dispuesto a hacer la prueba junto con las autoridades poblanas para demostrarles que no sirven los aparatos.

“Lo que parece no haber entendido —Ardelio Vargas— es que no es un asunto controversial; no es un asunto de creencias. Es simplemente un asunto de realizar un experimento y analizar sus resultados”, dijo.

“El GT200 no ha pasado aún ninguna prueba controlada. El mensaje importante es aprender que un sinnúmero de testimonios no son una prueba científica; si fuera correcto juzgar por el número de testimonios, todos deberíamos creer en la brujería, en la astrología, en las hadas y en la homeopatía”, señaló.

El encargado de la seguridad en el estado de Puebla, Ardelio Vargas, sentenció un “¡Me vale!, al ser cuestionado sobre la controversia a nivel nacional que existe sobre la utilización de los detectores moleculares los que son tachados por científicos como fraudulentos.

“Si el secretario de Seguridad, Ardelio Vargas los sabe usar y se siente tan seguro de su eficacia, tanto así como para desdeñar la crítica que se les ha hecho en todo el mundo, podría participar en una prueba”, dijo Luis Mochán.

No sólo los científicos están en contra de la utilización de los aparatos, sino también el mismo gobierno de Gran Bretaña, la Comisión 
Nacional de Derechos Humanos y diversos jueces federales, al grado que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) está analizando la situación.

Luis Mochán señaló que con la prueba a la que reta a Vargas Fosado, se demostrará que sí sirven o para convencerse de su inutilidad, “usando para ello el mismo protocolo experimental que empleamos en octubre pasado en las instalaciones de la Academia Mexicana de Ciencias”, dijo en su texto.

La prueba
Señaló que para la prueba de los aparatos el protocolo es muy simple: alguien escondería la sustancia de su elección en una de ocho cajas elegida al azar mediante volados y luego el detectaría en cual caja se halla escondida.

El experimento se repetiría 20 veces y se compararían sus resultados con el azar. Dos operadores, miembros de nuestro ejército, “expertos” en el uso del GT200, fueron incapaces de pasar dicha prueba.

“Si el señor secretario demostrara que puede operar el equipo y hallar sustancias significativamente mejor que designando su localización al azar, podría además ganarse el millón de dólares que ha ofrecido la fundación JREF, la cual no es una cantidad despreciable y con la cual podría financiar varias decenas de cincuenta detectores”, señaló en reto. 

La Fundación Educativa James Randy (JREF, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, ha ofrecido un premio de un millón de dólares para quien compruebe que sí funciona, al primero que lo haga que se llevaría ese dinero. “Así están de seguros del fraude”, dijo el científico.