Con él termina una generación de narcos mexicanos, pero el cártel seguirá siendo el segundo más poderoso del país. Su sucesor, Miguel Treviño, enfrenta una crisis interna.

"Es uno de los golpes más importantes de este Gobierno, porque no sólo le pega a la parte más cerebral de la una organización", sino que muere una de las figuras de cohesión entre Los Zetas, explicó a la AFP Diego Osorno, autor de La Guerra de los Zetas.
 
Militares mexicanos se enfrentaron, el domingo, con hombres armados en un campo de béisbol en Progreso, un pueblo de Coahuila, donde un hombre identificado por sus huellas dactilares como Lazcano fue abatido junto con otro individuo.
 
Los cuerpos fueron llevados a una funeraria de Sabina, un pueblo cercano, donde la madrugada del lunes fueron robados por un grupo de hombres fuertemente armados, informó el martes Homero Ramos, fiscal estatal.
 
"Hay un fin de ciclo. (La caída de "El Lazca") representa el fin de una generación de zetas y el principio de otra", señaló Osorno.
 
"El Lazca" o "Z-3" era el último de un grupo de 31 ex militares desertores, varios de ellos integrantes del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Ejército mexicano, que conformaron a finales de la década de 1990 el brazo armado del cártel del Golfo.
 
"Era uno de los más sangrientos de la historia reciente del narcotráfico de México, un hombre que puso de moda la decapitación, el desmembramiento de cuerpos y una violencia extrema que se puede escribir con mayúscula", sostuvo, por su lado, Ricardo Ravelo, periodista y experto en temas de narcotráfico y autor de Osiel, vida y obra de un capo.
 
La lucha contra el narcotráfico, que incluye una ofensiva militar y que dejó, en los últimos seis años, más de 60.000 muertos en México, dio un giro de extrema violencia con el ascenso de Los Zetas, caracterizados por sus prácticas militares.
 
Al frente de la organización, Heriberto Lazcano lideró los campos de adiestramiento de zetas en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila y creó una sofisticada red de telecomunicaciones en estos estados y en el Golfo de México, capaz de interceptar comunicaciones oficiales y al mismo tiempo proteger las propias.
 
"Claramente hay una nueva estrategia táctica sobre el terreno por parte de la secretaría de la Marina", opinó Osorno, quien en su texto, recientemente publicado, hace un recorrido por ciudades del noreste del país, narrando el horror vivido por sus habitantes en, al menos, la última década.
 
La caída de "El Lazca" llega tras una silenciosa intervención militar en esa frontera con los Estados Unidos iniciada en julio pasado, precisó el autor.
 
Y es parte de una serie de hechos violentos desencadenados en varias ciudades de esa región del país, donde este cártel ha mantenido desde 2010 una cruenta lucha contra sus ex aliados del cártel del Golfo y recientemente había entrado en una guerra intestina por la aprehensión y congelamiento de bienes de uno de los jefes financieros y hermano de Miguel Treviño, alias "Z-40". Este último estaría por asumir el mando de la organización, a la que, según Osorno, dará un nuevo perfil.
 
Treviño representa una mezcla del narco tradicional y del adiestrado con una visión militar que implantaron Los Zetas. Pero sería aún más sanguinario que su antecesor.