Durante la noche de tradicional lunes en la catedral de la lucha libre poblana se presentó la tan esperada función de la cartelera en el coso del Barrio de El Carmen. Por fin después de tanto desear que llegara el día, Místico se vio las caras contra el "Rey del Caos" Mephisto, en un duelo mano a mano que se desarrolló a las tres caídas de regla las cuales favorecieron al ídolo de la porra ruda.

El "Príncipe de Plata y Oro" definió la batalla para su rival donde volvió a tener los tropezones que lo llevaron a la derrota durante su primer debut y ahora en esta lucha estelar.

Cuando Mephisto y el joven "Corazón de Dragón" se disputaban el último asalto, Místico con un mortal hacia atrás desde el esquinero, se lanzó contra su oponente sin realizar un buen cálculo que le costó la victoria, puesto que se enredó entre las cuerdas.
Ante tal hecho, el "Rey del Caos" aprovechó la oportunidad para someter a su retador y conseguir las tres palmadas de regla y así humillar a su rival, que se quedó corto ante la batalla.

Durante el inicio, el rudo dominó el encuentro desde el momento en que arribó al cuadrilátero y sometió a su oponente hasta donde quiso, descargando despiadados pierrotazos y con una llave de caballo marcó la inicial a su favor.

Posteriormente para la mitad, el "Bane" continuó llevando la batalla en sus manos sin darle oportunidad al científico de tomar un ligero respiro.

Sin embargo la confianza del rudo no pudo predecir la reacción del joven "Corazón de Dragón" que contrarrestó los ataques gracias a un espectacular vuelo y rematando con una llave de ranita pudo conseguir el empate que fue aplaudido por sus seguidores, evitando así las dos caídas al hilo para Mephisto.

Para la definitiva, el duelo se mantuvo al igual para los guerreros, donde Místico continuó surcando los aires seguido de intentos por rendir a su oponente, pero Mephisto rápidamente hallaba la manera de escaparse de la derrota, del mismo modo el rudo respondía a los ataques del científico a través de su descomunal fuerza que le propinaba duros azotes a su oponente.

Finalmente, un error fatal fue lo que definió la lucha donde el "Príncipe de Plata y Oro" no marcó las coordenadas correctas para su aterrizaje durante el mortal hacia atrás, acto que benefició al rudo para llevarse la estelar. (Francisco Guasco)