El científico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Wolf Luis Mochán Backal, celebró que en Puebla no se vayan a utilizar los detectores moleculares, aunque mostró su preocupación que no fue por convencimiento de su inutilidad, sino por falta de recursos económicos.

En una carta enviada a Intolerancia Diario, el reconocido físico nuevamente retó al secretario de Seguridad Pública Estatal, Ardelio Vargas Fosado, a comprobar mediante pruebas científicas si funcionan los aparatos, ya que en cualquier momento puede comprarlos si llega a tener el presupuesto suficiente.

Hace unos días Vargas Fosado comentó que no compraría los aparatos de fabricación inglesa debido a la falta de recursos y no a las recomendaciones de las comisiones Nacional y Estatal de Derechos Humanos, ni a los alegatos científicos.

La carta
“Me da gusto que en Puebla no vayan a usar los mal llamados detectores moleculares GT200, pues son totalmente inefectivos y su uso es violatorio de los derechos humanos, además de que son extremadamente caros.

”Son caros tomando en cuenta su costo de producción, son caros tomando en cuenta su nula efectividad y son caros por los riesgos innecesarios a los que someten a la población y a sus operadores.

”Leo que el secretario de Seguridad Pública no se ha convencido aún de su inutilidad, pues él ha tenido experiencias positivas.

”Sin dudar de que así haya sido, me gustaría explicar por qué se requieren más que unas cuantas experiencias positivas para certificar que un equipo de esta naturaleza funcione; se tienen que realizar pruebas controladas, como las que realizaron operadores del Ejército, siguiendo un protocolo de carácter doble ciego.

”Dicho protocolo es en principio muy simple: hay que esconder una sustancia y después hay que buscarla. Sin embargo, es indispensable que ni el operador del GT200 ni ningún testigo de la búsqueda sepan de antemano dónde se escondió la sustancia, para evitar que el operador tenga pistas que le indiquen dónde se halla la misma, más allá que las que le proporcione el detector mismo.

”Es en dichas pruebas donde este tipo de detectores, incluyendo los GT200 adquiridos por nuestras fuerzas armadas, siempre han fracasado.

”Este tipo de pruebas es el que rutinariamente aplica la Secretaría de Salud para saber si un medicamento sirve o no, independientemente de cuánta gente afirme haberse curado de cierta dolencia con el mismo.

”Los medicamentos no se autorizan a través de testimonios, sino a través de pruebas científicas. Los detectores de drogas y de explosivos deberían sujetarse al mismo tipo de criterios antes de emplearse para cuidar la seguridad de nuestra población.

”Si el secretario de Seguridad o cualquier usuario se siente tan seguro del equipo que está dispuesto a enfrentarse a una prueba con las características mencionadas arriba, hay un premio de un millón de dólares esperándole, cortesía de la Fundación Educativa James Randi (JREF).

”De ganar dicho premio, podría adquirir los detectores que no pudo comprar por falta de presupuesto.

”Por otro lado, entiendo que el secretario Vargas no confíe en mi opinión sobre el detector GT200; no tendría a priori por qué hacerlo. Por ello lo invito a que consulte a sus ingenieros o científicos de confianza. Yo podría sugerirle que se comunicara con el doctor Alejandro Ramírez, investigador de la Uaemor, quien condujo la prueba experimental al GT200 en México, el doctor Jorge Flores Valdés, coordinador del Consejo Consultivo de Ciencia de la Presidencia de la República, el doctor José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Carlos Arámburo, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, el doctor Paco Bolívar, encargado de Ciencia en el equipo de transición del lic. Peña Nieto, o más cerca de casa, con el doctor Juan Francisco Rivas Silva, director del Instituto de Física ‘Ingeniero Luis Rivera Terrazas’ de la Universidad Autónoma de Puebla y el doctor José Ramón Enrique Arrazola Ramírez, director de su Facultad de Ciencias Físico Matemáticas.

”Si llegara a cambiar de opinión al respecto de la eficacia de los detectores GT200, le agradecería que lo manifestara públicamente; por un lado honraría la máxima que dice que es de ‘sabios cambiar de opinión’ y, por otro lado, le haría un enorme bien a nuestro país ayudando a conducirlo hacia una vida más racional.”

Sin recursos
El secretario de Seguridad Pública Estatal (SSPE), Ardelio Vargas Fosado, indicó en entrevista que la falta de recursos es el motivo por el que no se comprarán los equipos que ha utilizado en el estado.

Al ser cuestionado por Intolerancia Diario por los señalamientos de las comisiones referidas de defensa de los derechos humanos, dijo que las respetaba pero no las compartía, ya que en su trabajo como policía insistió en que le han funcionado los aparatos.

Insistió Vargas Fosado en que los detectores moleculares sirven, aunque dijo “pueden estar tranquilos, no los compraré porque no hay recursos”, al señalar que el presupuesto de la dependencia a su cargo es muy corto. Y es que dichos aparatos llegan a venderse hasta en 25 mil dólares cada uno.

Vargas Fosado no sólo ha insistido en que los aparatos “la ouija del diablo” sirven, sino también los ha probado en eventos masivos como la noche del 15 de septiembre. El funcionario estatal aseguró que el equipo si funciona y él mismo los ha probado en diversas ocasiones, a pesar de la controversia que existe a nivel nacional de su eficacia y las mismas advertencias de científicos de que son un fraude.

Contrario al caso de Puebla el gobierno federal, sobre todo la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), continúa utilizándolos en operativos y cateos, a pesar de la recomendación general de la CNDH, mientras que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) analiza si su utilización ha violado leyes.