La despedida no fue cálida. Vamos ni siquiera tibia. Los habitantes del municipio de Jalpan, ya colindante con el estado de Veracruz, contuvieron el ánimo: leves aplausos, sin porras para el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, en lo que prácticamente fue su última visita al estado de Puebla donde entregó el tramo de 48.1 kilométros de Ávila Camacho-Tihuatlán de lo que el próximo año podría ser ya la autopista México-Tuxpan, obra en ciernes durante varias décadas.

El presidente reparte besos pero lo hace con desgano.

Durante la “solemne inauguración”, así lo tildó el presidente de México del tramo carretero Ávila Camacho-Tihuatlán de lo que será la autopista Méxio-Tuxpan, el presidente de la República reconoció de manera tácita que no pudo trabajar con el pasado gobierno de filiación priista.

Los aplausos pasaron inadvertidos. No hubo porras. Algunos pobladores al paso del presidente le estrecharon la mano. El presidente enlistó las obras de infraestructura realizadas en Puebla.

Ataviado con una camisa de manga larga blanca con el escudo multicolor de su gobierno, Felipe Calderón Hinojosa afirmó que una vez que deje la Presidencia de la República regresará a Puebla como un ciudadano. Al mandatario saliente se le veía relajado, de buen humor.

El gobernador, Rafael Moreno Valle, reconoció el trabajo de Felipe Calderón Hinojosa: “El mensaje es muy sentido. Lo único que quiero decirles es gracias, en lo personal y en lo familiar. Entendemos los riesgos que usted ha asumido por haber combatido al crimen organizado. Usted siempre será bienvenido. Se puede ir siempre con la satisfacción del deber cumplido”.

Moreno Valle afirmó que el presidente de la República podrá ver a los mexicanos a los ojos porque cumplió lo que ofreció.

Y avizoró que la labor calderonista será premiada en el futuro: “Este reconocimiento que se le va a dar en el futuro por su gran labor, gracias señor presidente”.

En un lapsus el presidente de la República olvidó presentar al gobernador de Veracruz, Duarte. Y a la mitad de su discurso lo presentó sin darle importancia a su descortesía.

En su visita al estado de Puebla en el punto conocido como Puente de San Marcos, con una longitud de 850 metros y con una columna de hasta 208 metros de altura, la segunda más alta del mundo, Calderón y funcionarios de su gobierno supervisaron la megaobra.

El delegado de la SCT, Roberto Grajales, se quiso poner muy calderonista y cuando le explicaba al presidente la obra dijo que él había quedado atrapado en el tráfico de la carretera México-Tuxpan cuando hacía labores de precampaña a favor de Felipe Calderón.

**

El anuncio señala “Termina la autopista a 500 metros”.

Luego de pasar varios controles, los habitantes de Jalpan finalmente llegan al lugar, son hombres y mujeres de piel morena, las mujeres y los hombres más grandes pequeños. Visten algún sombrero y cuando pasa por el pasillo el presidente Felipe Calderón Hinojosa se levantan de sus asientos, diciendo: “Ya llegó”.

El cielo está nublado. Corre un poco de aire fresco. Los militares, vestidos de civil, que resguardan el acto, se parecen a los habitantes de Jalpan. Lo único que los diferencia es su altura y sus movimientos nerviosos tratando de adivinar donde se va a presentar algún problema.

El presidente de la República ha visitado distintos puntos del país, despidiéndose ya de los habitantes de los estados, inaugurado obras carreteras.

“Señoras, y señoras colocar sus teléfonos celulares en el modo de silencio”, dice una melosa voz desde el micrófono mientras se escucha el aterrizaje de helicópteros.

Un poco de música tranquilizante, un sedante musical, antes de la llegada el presidente Calderón.

—Ahí, viene, ahí viene— bisbisea una señora algo lonjuda. Otra estira su mano señalando con su dedo índice al frente

“Se encuentra con nosotros el ciudadano presidente de los Estados Unidos Mexicanos.”

El diputado local priista Salomón Escorza aparece, por el pasillo derecho, avanza de prisa, y cuando halla alguien conocido lo saluda
Por el otro pasillo el presidente de la República saluda los habitantes de Jalpan que se encuentran tras las vallas.

—Le di beso, relata a sus acompañantes una mujer morena, de unos 27 años, con gorra de la SCT, que muestra su dentadura blanca prominente.

El presidente reparte besos pero lo hace con desgano.

***

Calderón respondió a los elogios.

Ya para finalizar su discurso, Calderón Hinojosa, se despidió defendiéndose de las críticas: “Todo eso me hace pensar que independientemente de los errores e insuficiencias que pudiera hacer, como seres humanos y toda obra de gobierno es humana. En el cumplimiento de mi deber di al máximo de mis capacidad y limitaciones”.

Cuando Calderón decía estas palabras los organizadores le subieron el volumen.

El Calderón Hinojosa afirmó que con su trabajo sentó las bases para un México moderno y competitivo.

Felipe Calderón se despidió: “Que Dios los bendiga a todos ustedes”.

***

Bajó del estrado y avanzó solo, con la cabeza gacha, unos cuantos metros.

Calderón Hinojosa afirmó que probablemente esta sería su última visita a Puebla como presidente. Pero “como ciudadano común me van a ver muchas veces”, porque en Puebla viven parientes suyos y hasta primos hermanos.

El presidente afirmó que en Puebla “han pasado muchas cosas que son muy significativas” y que los poblanos siempre lo han apoyado “por eso le hemos invertido tanto”.

***

Un sonriente presidente de la República agradeció el trabajo que realizó con Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, con quien coincidió los últimos dos años del inicio del gobierno de Moreno Valle: “Me alegra mucho que hayamos podido coincidir. Cuando hay colaboración y disposición por estos años.”

Al acto asistieron el alcalde municipal, Nicolás Gabino Pérez; Alonso Quintana director general de ICA, Maurico Amodio, diputados como Salomón Escorza, Zenorina González y Guadalupe Vargas; así como personajes oriundos de la zona como la exalcaldesa de Huauchinango, Enoé González Cabrera y el exalcalde de Xicotepec, José Esquitín.

Calderón se adornó con bombos y platillos por la inauguración del tramo de 48 kilómetros.

“Hoy es un gran día para Puebla y Veracruz. Desde este punto hasta Tuxpan Veracruz. Con esto le damos una gran ventaja a todos los mexicanos de Puebla. Ahora las playas de Veracruz serán las más cercanas del Distrito Federal, dos horas y media entre México y Tuxpan.”

El presidente de la República afirmó que aún sin terminar el tramo de 36 kilómetros entre Ávila Camacho y Nuevo Necaxa, los automovilistas harán al menos cuatro horas entre la capital del país y el puerto de Tuxpan reduciendo significativamente el tiempo.

El mandatario explicó que los gobiernos anteriores no habían querido invertir en obras como la Tuxpan-México debido a las dificultades técnicas y financieras que implicaba un proyecto de esta índole: “Cuántas vidas se han perdido en la carretera federal. Esta es una gran obra”.

El presidente recordó que de la México-Tuxpan, era una carretera de la que las administraciones gubernamentales venían hablando desde la década de los setenta sin que se concretara.

Entre los logros de la nueva vialidad, Calderón resaltó el Puente San Marcos, sostenido por pilares de 225 metros: “Tiene más concreto que el que se usó para la construcción del Estadio Azteca”, se jactó el presidente.

Lo que hemos colaborado con el gobernador Moreno Valle para sacar muchos proyectos.

A continuación, el presidente de la República enlistó las acciones de su gobierno en Puebla: Oportunidades, programas de adultos mayores como el 70 y más; la construcción de hospitales del IMSS y del ISSSTE, el seguro popular.

Para el gobernador poblano, Rafael Moreno Valle, el tramo carretero inaugurado cumple con una promesa aletargada durante varios años: “Desde que me inicie en el servicio público, que llevaban muchos años y sin embargo, parecía imposible por la complejidad del terreno. Es el segundo puente con la columna más alta en el mundo. Es importante que lo vislumbremos todos. Debemos sentirnos muy orgullosos. Y nos permite mejorar la conectividad al estado de Veracruz”.