El óleo "Alegoría de la Fundación del Convento de Santa Mónica", un cromo de la serie "El Santo Viacrucis", y ocho pinturas de caballete, así como el inmueble en general del Templo de Santa Mónica de Puebla, serán restaurados a partir del próximo lunes.

Las tareas de atención estarán a cargo de 12 especialistas, quienes rehabilitarán las obras de arte sacro que fueron afectadas por el incendio que se suscitó en el lugar, también conocido como "Señor de las Maravillas", el pasado 1 de enero, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Entre los bienes culturales del siglo XVIII afectados, el óleo presenta daño en un 40 por ciento, las pinturas de caballete de mediana dimensión y los acabados arquitectónicos de los pies de la nave del inmueble están ennegrecidos por humo y hollín, mientras que el cromo de la serie "El Santo Viacrucis", reportó pérdida completa, por lo que será sustituido con una reproducción.

La directora de Educación Social para la Conservación del INAH, Liliana Olvera Flores, y la restauradora Claudia Sánchez Gándara, señalaron que el "Señor de las Maravillas" fue el menos afectado, tan sólo presenta daños mínimos en una mano.

Los trabajos de restauración se llevarán a cabo, gracias al esfuerzo conjunto entre la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), del INAH, la delegación del Instituto en Puebla y las autoridades eclesiásticas de la entidad, aunado a la oportuna atención de la aseguradora y su equipo de peritos.

El Ex Convento de Santa Mónica data de principios del siglo XVII, cuenta con una decoración barroca que fue desmantelada en el siglo XIX y hoy en día tiene un estilo neoclásico.

Primero tuvo como objetivo albergar mujeres, luego, el obispo Manuel Fernández de la Santa Cruz lo convirtió en colegio de niñas pobres y más adelante se perfiló como convento de agustinas recolectas, en 1686.

Para la rehabilitación del templo, se desmontarán las obras y paralelamente se reparará el óleo y las pinturas de caballete, así como los detalles arquitectónicos afectados, de tal forma que no afecte a los practicantes y el templo no se cierre al culto.

En cuanto al patrocinio, por su gran dimensión, se trasladará a la Capilla de los Negritos, que se ubica a unas cuadras de la Catedral de Puebla, ya que su puesta en valor requiere de diversas maniobras; dicho espacio fue prestado por la Arquidiócesis de Puebla.