Con el rostro sombrío, los últimos gerentes surcoreanos comenzaron a abandonar el sábado un parque industrial clausurado en Corea del Norte tras ordenárselos el gobierno en Seúl, al tiempo que Pyongyang emitió una nueva amenaza de clausurar el último símbolo de distensión entre ambas naciones.

Los surcoreanos cargaron sus vehículos con todo lo que pudieron en la población norcoreana de Kaesong, situada justo al otro lado de la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas. Un total de 125 surcoreanos partieron el sábado, y los últimos 50 incluidos los empleados gubernamentales que dirigen el lugar, lo harán el lunes, informó el Ministerio de Unificación.

Una vez que parta el último surcoreano, el destino de ese complejo industrial permanecerá en el aire.

"Es sólo cuestión de tiempo" antes de que el complejo sea clausurado permanentemente, dijo el sábado un funcionario norcoreano de la Oficina General de Planificación Centralizada, del que no se reveló su nombre. "Apreciamos el complejo industrial de Kaesong, pero no haremos favores a aquellos que devuelven mal por bien".

Hasta principios de mes, 53 mil norcoreanos trabajaban bajo la dirección de 800 gerentes surcoreanos en más de 120 fábricas operadas por Corea del Sur en la zona económica especial de Kaesong. La operación iniciada hace una década aportaba trabajo y salarios al lugar, al tiempo que Corea del Sur tenía mano de obra barata a su disposición.

Sin embargo, al aumentar las tensiones entre Seúl y Pyongyang en torno al programa bélico nuclear de Corea del Norte y las maniobras militares conjuntas de las fuerzas de Estados Unidos y Corea del Sur, Pyongyang retiró la totalidad de su fuerza laboral el 9 de abril y prohibió a los surcoreanos cruzar la frontera para traer alimentos y suministros.

Con la suspensión de las operaciones fabriles y la disminución de los alimentos, el gobierno de Seúl estableció el viernes como plazo para que Corea del Norte acepte dialogar sobre Kaesong.

Tras haber rechazado Pyongyang el pedido de negociación por considerar que no es del todo sincero, Ryoo Kihl-jae, el principal funcionario de Corea del Sur encargado de las relaciones con el vecino del norte, anunció que Seúl retiraría al resto de los trabajadores surcoreanos de Kaesong por temor a su seguridad.

El director de la asociación que maneja las fábricas regentadas por los surcoreanos en Kaesong, Han Jae-kwon, lamentó que el gobierno tomara la decisión sin avisarles a ellos primero. En una conferencia de prensa ofrecida ante los gerentes que manejaban las fábricas de Kaesong, pidió a Seúl que continúe el diálogo con Pyongyang sobre el parque industrial.