Para los especialistas del campus Puebla del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en la actualidad es urgente replantear las políticas y la normatividad que tiene el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en relación con la conservación de monumentos en zonas patrimoniales, “porque se ha perdido patrimonio por diferentes intereses, y ahí habrá que hacer un fuerte llamado al INAH aunque muchas veces está fuera de su jurisdicción y su alcance”, aseguró el director del departamento de Arquitectura, José Luis Peñaloza.

El especialista de esa casa de estudios poblana aseguró que en otros centros históricos, igual o más protegidos que el de la ciudad de Puebla, los inversionistas pueden intervenir y fomentar un mejor desarrollo, “que es una tendencia que se debe seguir en Puebla”, que no está exenta de modificaciones de su infraestructura histórica para lograr un mejor desarrollo. “Creo que el INAH ha hecho su papel y lo hace bien, dentro de lo que cabe, pero se ha perdido patrimonio por diferentes intereses”.

Por su parte, el director de la carrera en Ingeniería, Alejandro Pérez Villaseñor, reconoció que en la actualidad se debe aplicar una reclasificación de los monumentos históricos, pero con base en una nueva legislación, y valorar qué patrimonio debe ser preservado y cuál se puede cambiar bajo los reglamentos de seguridad y conservación vigentes en la actualidad.

Proteccionismo y desarrollo armonizados

La ciudad no puede detener su crecimiento por un sólo monumento histórico, coincidieron los expertos del Tec de Monterrey, por lo que habrá que revisar el impacto que va a tener cualquier intervención, “porque intervenir patrimonio depende del desarrollo de futuro de la ciudad”, apuntó José Luis Peñaloza; por lo tanto, si vale la pena el proyecto se tiene que llevar a cabo porque “no podemos ser un museo de edificios antiguos que no siempre funcione, y ahí entra el dilema de la conservación en términos modernos”.

En ese contexto, dijo que hay que valorar si la ciudad se convierte en restaurador de edificios antiguos que no tiene valor funcional y económico o si la capital del estado aprende a compensar entre la historia y el futuro, por eso dijo que se tiene que revisar perfectamente dónde se colocan las estructuras urbanas y lo que generarán en términos económicos, “podemos tener una buena explotación del turismo histórico y cultural”.

Los directivos del Tec de Monterrey revelaron que en la actualidad el INAH es poco flexible y estricto en relación con la preservación del patrimonio, aunque a veces carece de sentido porque en Puebla muchos edificios catalogados tienen ese reconocimiento solamente por pertenecer a un periodo, sin que tengan un valor estético adecuado, “pero históricamente no representan un sitio de trascendencia, muchas veces las trabas del INAH no permiten intervenir”.

Trabajo legislativo

El Congreso federal debe revisar la normatividad y cambiar los motivos por los que un edificio está clasificado, pero no hay que arrasar con el Centro Histórico y empezar todo de cero, porque hay espacios interesantes, pero el INAH siempre pone restricciones.