Después de un largo viaje con la satisfacción de haber triunfado en la feria de San Isidro el día anterior, Diego Silveti compareció la tarde del 20 de mayo en el coliseo de Nimes, donde fue la tarde de su confirmación de alternativa. 

Un acontecimiento que se vivió a plaza casi llena, pues Silveti estuvo acompañado en esta corrida tan importante por dos figuras del toreo: “El Juli”, que reapareció en esta corrida después de un mes de baja debido a la grave cornada que sufrió en la feria de Sevilla, y de Alejandro Talavante, que también se volvió a vestir de luces después de su encerrona el sábado pasado en Madrid, cuando se enfrentó a seis toros de Victorino Martín.

La expectación en este último festejo de la feria de Pentecostés fue máxima, lidiándose una corrida bien presentada de Victoriano del Río, destacando por su calidad el tercer toro de la tarde. El resultado de los toreros fue el siguiente: “El Juli”, oreja y ovación; Alejandro Talavante, oreja y ovación; y Diego Silveti, ovación y oreja. 

Toro con raza y nada fácil fue el primer ejemplar que lidió Diego Silveti, con el que confirmó su doctorado en Francia. Molestado por el viento en muchos pasajes de su labor, pronto demostró su disposición y sus ganas de repetir el triunfo del día anterior. 

Lo hizo manejando con firmeza el capote, especialmente en un gran quite por gaoneras, entrando en competencia con el maestro “Juli”, que quitó por chicuelinas. 

Respondió Silveti a la verónica. Muy entregado en todo momento el torero mexicano con este toro, primero al torearlo con gusto por los dos pitones, embistiendo con codicia el astado, para luego meterse más en corto y entre los pitones. 

En un péndulo el ejemplar de Victoriano del Río le pegó una fuerte voltereta, por fortuna, sin consecuencias. Se levantó sin mirarse y concluyó su labor con manoletinas. 

En el momento de entrar a matar recibió un fuerte pitonazo, rompiéndole el chaleco. El toro cayó rodado y Silveti saludó una fuerte ovación. Sí le pudo cortar la oreja al sexto, animal de gran movilidad que vendió cara su lidia y su muerte. 

Volvió a mostrar su gran disposición en otro quite por gaoneras, de compás abierto y cargando la suerte. Comenzó su labor doblándose con el animal, para dominarlo primero. Silveti le dio mucha distancia y lo citó de lejos, siendo muy emotivas las series que ligó por el pitón derecho. Por el izquierdo también le robó muletazos de mérito, pues el toro embistió con fuerza, sufriendo un fuerte arreón que casi le cuesta una voltereta. No volvió nunca la cara Silveti, poniendo la plaza en pie en un final por bernadinas de mucho mérito y riesgo.

Mató de estocada y descabello y paseó una merecida oreja. Con esta actuación, y después de su meritorio paso por Madrid, Silveti ha vuelto a mostrar su capacidad y el gran momento que atraviesa.

Fue emotivo volver a reencontrarse con “El Juli”, que salió a darlo todo en una tarde muy especial para él, pues el maestro volvía a vestirse de luces tras la cogida de Sevilla. Su primera faena, la que le valió una oreja, tuvo mucho mérito, pues con valor y enorme maestría “El Juli” metió en la muleta a un toro con raza y nada fácil. 

Le cortó un trofeo de mucho mérito. Por desgracia no pudo redondear con el cuarto, toro sin fuerza, que no le dio ninguna opción de triunfo.

Alejandro Talavante, por su parte, estuvo muy bien con el tercer toro de la tarde, del que también paseó un trofeo. 

Lo cuajó por ambos pitones, con temple y hondura, tras comenzar su labor con estatuarios. De no haber pinchado, hubiese podido cortar el doble trofeo. Fue ovacionado tras despachar al quinto, un toro que soltó mucho la cara y tampoco dio muchas facilidades al torero extremeño. Talavante se esforzó en sacarle partido y lo mató de una buena estocada.