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La Feria de El Carmen, una de las más tradicionales de la ciudad de Puebla, este año está enmarcada por una alerta de la misma parroquia a sus fieles, ante el incremento de la inseguridad en la zona, sobre todo por el robo de auto partes.

A esta feria asisten miles de personas a la afamada iglesia para venerar a la Virgen del Carmen cada 16 de julio, pero sobre todo para degustar los diversos platillos típicos poblanos.

Una manta, ubicada a un costado de la iglesia, colocada por los frailes carmelitas exactamente en la esquina de las calles 16 de Septiembre y 19 Oriente, alerta a los fieles católicos sobre su inseguridad, con la leyenda: “Atención a los fieles y amigos de la iglesia del Carmen. Especial cuidado en las siguientes calles 17 Oriente Poniente/ 19 Oriente Poniente y 16 de Septiembre. El motivo es por el constante robo de automóviles y autopartes que ha habido en la zona, les sugerimos guardarlos en estacionamientos más cercanos. Atte Frailes Carmelitas.”

Contradictoriamente, a una calle de las avenidas señaladas, exactamente en la 2 Sur y 21 Oriente, se encuentra un centro operativo de la Policía Municipal o Secretaría de Seguridad Pública Municipal, lo que no ha inhibido a los delincuentes.

También, este año se caracterizó por el cierre de calles a diestra y siniestra por parte de las autoridades municipales, debido a que no sólo bastó para que se cerrara el paso vehicular desde la 19 Poniente sobre 16 de Septiembre, donde están colocados los puestos, sino que la Dirección de Tránsito Municipal también cerró la 16 de Septiembre, desde la 23 Poniente, lo que ha ocasionado gran caos vehicular, además de la complacencia de los agentes viales para permitir el estacionamiento en lugares prohibidos, sobre todo a la derecha de las calles.

Asimismo, por la zona pululan los “franeleros”, quienes desde temprana hora apartan grandes extensiones de calles para hacer negocio, todo ante la complacencia de las autoridades municipales.

La celebración
Ahora sí era posible transitar por las calles 16 de Septiembre, de 19 a 13 Poniente, entre los puestos, charcos y cables de energía eléctrica mal instalados; a nadie espantó el agua para no hacer presencia en el templo construido hace casi 430 años.

Desde las 4:30 horas de este martes, vecinos de la colonia El Carmen fueron despertados abruptamente por la detonación de decenas de cohetes anunciando la fiesta del día de la virgen del mismo nombre.

Pero la fiesta se va acortando con el paso en tiempo, a pesar de ser una de las celebraciones más famosas en Puebla, la Feria de El Carmen, afamada desde mediados del siglo XVII, a pesar de que reactivaba la economía en la ciudad.

Para este año fue notable la baja de feligreses o visitantes por los aguaceros que han caído desde este lunes por la tarde.
Las celebraciones se empiezan a organizar desde un mes antes, con el inicio de julio comienzan las festividades con misas solemnes desde las 8 horas y 19:30 horas.

Posteriormente, del 7 al 15 de julio se realizan diversas procesiones a las que se invitan a diversas parroquias de comunidades alrededor del templo de El Carmen.

En esos días se reza el novenario a la Virgen del Carmen con el Rosario, para pasar a la fiesta patronal del 16 de julio, con una “Misa de Gallo” a la medianoche y posteriormente desde las 5 hasta las 20 horas continuamente se celebran eventos religiosos.

El 20 de julio se celebra a san Elías , que va configurado a la Virgen del Carmen; posteriormente, la clausura, con una misa solemne de consagración a la Virgen María el último día de julio.

Igual de tradicional que acudir a rezar o bendecir el escapulario es degustar unas ricas chalupas, pozole, chanclas, cemitas, tostadas, elotes, chileatole, refrescos, nieves, aguas de sabores, tepache, dulces y ahora hasta pizzas.

Un sinfín de antojitos y juguetes típicos o de plástico, incluso chinos, además de discos, películas y juegos mecánicos, hasta venta de ropa, cual tianguis dominguero, son parte de la fisonomía que rodeó uno de los principales templos religiosos en uno de los barrios más significativos de la ciudad.

A la baja
Para especialistas como Eduardo Merlo y José Alberto Mora, presidente de la Pastoral del templo de El Carmen, la tradición de la fiesta otrora más grande de Puebla se ha ido perdiendo año con año.

El arqueólogo Eduardo Merlo vaticinó la extinción de la que llamó “la última feria de los barrios de Puebla”, al irse acortando los días de celebración en aras de la modernidad.

“Es la última feria que nos queda de las antiguas tradiciones de Puebla, con la modernidad de los arquitectos súper-vanguardistas, desgraciaron una plazuela que era para la tradición, eso ya no es feria, está restringida a su mínima expresión”, aseveró tajantemente.

Indicó que ahora no se le puede llamar feria, sino mejor un conglomerado de puestos todos amenazados y restringidos, a pesar de que la Feria de El Carmen fue muy importante desde la época colonial.

“Hace muchos años se celebró hasta con corridas de toros en la plazuela, que para eso era, con jaripeos, juegos de saltimbanqui, la comida y artesanías, era una auténtica feria pero al paso de los años ha ido poco a poco desapareciendo.”

Dijo que inclusive hace apenas unos años, en la década de los años 80 y 90 las celebraciones duraban como mínimo una semana con todo éxito comercial y religioso, ya que se llenaban las calles desde temprano, a toda hora, todos los días.

“Estaba atiborrada de gente todo el día y noche durante 15 días, la gente estaba esperando a que llegara a la feria. A la iglesia no se podía ni entrar, llena de flores y luces, misa tras misa, aunque por lo menos en la parte litúrgica no ha cambiado.

”En la parte comercial se mantuvo hasta hace unos años y se acabó totalmente con la destrucción de la plazuela, para convertirla en no que sé qué es ahora, porque plazuela no es, ni parque.”

Mencionó que es de lamentarse que no se conserven las tradiciones, ya que son parte de la identidad del pueblo, es su verdadera forma de expresarse, “esta feria era la última que nos quedaba, la modernidad se comió a las otras ya hace muchos años”.

Explicó que en otras celebraciones en Puebla como en los barrios de La Luz o Analco eran muy importantes, sin dejar atrás a San José o Santiago, “ahora todas son muy chiquitas”.

“El Carmen era lo único que quedaba de gran tamaño, pero ahora ya les dan pocos días de celebración. La gente iba a comerse sus chalupas, y otros antojitos, era un espacio de ellos y ahora es de nadie porque la gente no lo usa”, dijo al hacer referencia al exparque de El Carmen.

“Se va a extinguir lamentablemente, hay menos gente que otros años, por supuesto no hay donde pasear, ahora llegan a la iglesia y se van a sus casas, cuando el chiste además del religioso era que promovía no sólo la tradición, sino la economía de muchas familias, y se acabó, es de lamentarse. De golpe y porrazo le dieron una estocada.

”Desde mediados del siglo XVII —entre 1620 y 1650— la feria era muy importante, una feria que duró tantos años; no se me hace justo que la imposición de modernidad de unos pocos le dé ‘en la torre’ a lo que es de todos”, finalizó.