En lo que va del año, la dirección de Regulación y Fomento Sanitario de la Secretaría de Salud ha clausurado a un total de 17 purificadoras y despachadoras de hielo por incumplir con las garantías de sanidad para poder surtir a la ciudadanía un producto libre de contaminantes.

La principal causa por la que estos establecimientos han sido suspendidos es por el incumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-201-SSA1-2002 (Productos y servicios, agua y hielo para consumo humano, envasados y a granel), requisito indispensable para poder contar con un negocio de este giro.

De acuerdo con las revisiones, el agua utilizada en empresas de agua purificada, así como de hielo, ha sido objeto de revisiones sanitarias donde se han detectado restos de eses fecales, microorganismos patógenos o altas concentraciones de azufre.

Al respecto, el subdirector de la dependencia estatal, Víctor Casiano, informó que en lo que va del año se han realizado 343 visitas de verificación realizadas de febrero a julio de este año para fortalecer la vigilancia sanitaria, en estos operativos se tomaron un total de 349 muestras realizadas en agua y hielo purificado, y donde, tras el análisis de las muestras, se suspendió de manera temporal un total de 17 negocios.

“El principal problema que se puede encontrar en el agua no tratada es la presencia de microorganismo patógenos que provocan enfermedades en el ser humano, de ahí la importancia de que cada uno de estos negocios cumpla con esta norma, ya que, aparte de surtir a los ciudadanos, son los responsables de suministrar a los antros y restaurantes.”

Detalló que entre las principales enfermedades son las gastrointestinales, que ponen en riesgo la salud de los clientes pues, aunque a primera vista parece potable, el agua contiene organismos que sólo son detectados con estudios de laboratorio.

“Los microorganismos que cuidamos mucho es bibliocolera, esqueriquias, coliformes totales fecales, que de una otra manera, al ser ingeridos por el ser humano, ocasionan enfermedades que sobre todo terminan en problemas gastroentéricas, como infecciones severas en el organismo.”

El funcionario municipal agregó que con estos operativos lo que se busca es garantizar la calidad del aguan que se distribuye entre los poblanos en garrafones por la presencia de empresas en pequeño que no cumplen con las normas sanitarias.

El funcionario estatal informó que, en la mayoría de los casos donde se han aplicado sanciones, la falta de conocimiento de los requisitos por parte de los dueños de estos comercios de hielo y agua en garrafón no regulada lo hace arriesgarse a generar enfermedades en los clientes de sus negocios.

De ahí que la dependencia estatal realice cursos de capacitación sobre la Norma Oficial Mexicana NOM-201-SSA1-2002, donde hasta el momento se han realizado 18, con la asistencia de 484 personas.

“Proteger a la población del riesgo bacteriológico potencialmente presente en el agua y hielo purificado para consumo humano, con el fin de reducir los riesgos sanitarios, pues es uno de los requisitos fundamentales para tener este tipo de negocios.”

El funcionario estatal dijo que, aparte del agua de garrafón, también se incluye la revisión del agua que es utilizada en todo los negocios para lavarse las manos y limpiar el lugar. En este caso, al momento de acudir a una supervisión, los responsables acuden a estos negocios con una prueba colorimétrica, que en sí es una pastilla reactiva denominada DPD que logra detectar si el agua contiene los niveles mínimos de cloro para poder ser utilizada por el ser humano.

“La norma nos marca que debe de estar entre .2 hasta 1.5, ese es el rango en el que debe estar clorada el agua, pues si se sobrepasa esta medida, también puede generar enfermedades.”

Sin embargo, al momento de realizar el operativo y confirmar que el agua no se encuentra clorada, antes de llegar a la sanción, la dependencia estatal busca que el dueño o gerente del lugar inmediatamente clore el agua, para garantizar que el líquido sea seguro para los clientes.

Tras esta prueba, se toma una muestra del líquido para enviarla al laboratorio y verificar qué tan limpia y tratada se encuentra el agua, pues en estos laboratorios se logran detectar los microorganismos que afectan al ser humano y que son enfocados directamente a las enfermedades gastrointestinales.

Sin embargo, hasta el momento no se ha llegado a la suspensión, ya que, en caso de no contar con el clorado necesario, de inmediato se les obliga a realizarlo.