El Banco de México (Banxico) decidió hoy viernes mantener por segundo mes consecutivo en 3,50 por ciento el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria (TIIE ) a un día.

La institución estimó que la postura monetaria es congruente con la convergencia eficiente de la inflación a la meta del 3 por ciento.

Igualmente se mantendrá atenta a que los cambios de precios relativos derivados de las modificaciones fiscales para 2014 no causen efectos de segundo orden sobre la inflación.

La actividad económica en México regresó al crecimiento en el tercer trimestre de este año y reflejó un mayor dinamismo en las exportaciones ya que la demanda interna manda señales mixtas.

En general, explicó el ente emisor, los indicadores del consumo privado y de la inversión en particular del sector construcción, no muestran señales claras de recuperación y por otra parte el gasto del gobierno se ha acelerado y el subejercicio acumulado a octubre desapareció.

La inflación presenta una evolución manteniéndose en niveles en torno al 3,5 por ciento mientras que la inflación subyacente permanece en niveles bajos de 2,5 por ciento.

La Junta de Gobierno del instituto emisor observó que la economía mundial continúa una tendencia de leve mejoría en el cuarto trimestre de 2013.

Estados Unidos muestra una recuperación como resultado del fortalecimiento gradual de la demanda privada y del desvanecimiento de los efectos de la contracción fiscal en los inicios del año.

Se prevé que en los próximos meses prevalezca en los mercados financieros internacionales la incertidumbre asociada a las discusiones en torno a las políticas monetaria y fiscal en ese país.

En la zona euro la recuperación sigue débil, aunado a una reducción en la inflación, que dio lugar a que el Banco Central Europeo adoptara una política monetaria más laxa y en las economías emergentes el crecimiento económico se ha moderado, en algunos casos, por vulnerabilidades macroeconómicas.

En resumen, persisten riesgos a la baja para el crecimiento económico mundial, que aunado a la ausencia de presiones significativas sobre los precios de las materias primas, hacen previsible un panorama de baja inflación externa.