Con la finalidad de cumplir las instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto, de hacer pasar a un nuevo nivel de eficiencia y resultados a los programas sociales que atienden a la población en situación de pobreza, rompiendo con la inercia asistencialista y el aislamiento entre sí, con el que venían desempeñándose, y haciéndolos más acordes a la visión de una Política Social de Nueva Generación, la Secretaría de Desarrollo Social se dio a la tarea de impulsar y coordinar fuertemente los trabajos conceptuales que permitieran plasmar en las reglas de operación 2014 estas directrices, concretando cambios que se enfocaran en la complementariedad y la sinergia, y que buscan dar puerta de salida a los beneficiarios que les permitan acabar con la dependencia asistencialista de dichos programas.

Para lograr estas adecuaciones, la Sedesol, a través del subsecretario de Planeación, Evaluación y Prospectiva, Juan Carlos Lastiri, coordinó las modificaciones a las reglas de operación, en trabajo conjunto con el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades y la comisión intersecretarial para la instrumentación de la Cruzada Nacional contra el Hambre, con el objeto de lograr la transversalidad e integralidad en la nuevas normas que están vigentes a partir del pasado 1 de enero, una vez publicadas en el Diario Oficial de la Federación en los últimos días de diciembre de 2013.

Las nuevas reglas de operación, a partir de este año, además de contar con mejoras sustanciales en su mecánica operativa —resultado de un proceso de mejora continua que los mismos programas implementaron—, considerarán una focalización más adecuada de beneficiarios, acorde con las metas planteadas dentro de la cruzada, al tomar en cuenta a las familias de Oportunidades como beneficiarios prioritarios, ya que se tiene la suficiente información incorporada en el “Padrón Único de Beneficiarios”, catalogados por carencias y perfectamente geo-referenciados. Estas características permiten que se mejore la cobertura de los programas al tener una mejor identificación de la población objetivo.

De igual forma, se buscó la complementariedad para acabar con las limitantes de que el beneficiario de un programa no podría obtener otro apoyo, acotando así impulsar el abatimiento de carencias en los grupos poblacionales. En este mismo sentido, a lo largo del año se vino trabajando con Diconsa y Liconsa, para hacer que éstas respondieran con mayor eficacia y flexibilidad en su operación, permitiendo que aumentará su cobertura y atención a la población objetivo en pobreza extrema.

Es decir, los cambios operativos se traducen en que los beneficiarios de programas podrán ser atendidos de manera complementaria evitando que su misma condición no los limite, ya que antes, al ser beneficiarios de Oportunidades, no podían acceder a apoyos complementarios como un piso firme o mejorar su vivienda, mucho menos aspirar a contar con un proyecto productivo que coadyuvará a salir de la pobreza al incrementar su productividad. Los programas no se “hablaban” entre sí y operaban en un permanente aislamiento, por lo que con los cambios reflejados este año se prevé de inicio un proceso de mejoramiento en este sentido, para incrementar y reflejar los ambiciosos objetivos en la materia.

Este esfuerzo institucional que se plasmó en la normativa programática de Sedesol, se impulsó de igual forma hacia otras secretarías, ya que en cumplimiento a las instrucciones presidenciales derivadas del decreto de Creación de la Cruzada Nacional contra el Hambre, la Sedesol como coordinadora del sector de Desarrollo Social y la Comisión Intersecretarial de la Cruzada, con el apoyo decidido de la Secretaría de Hacienda, impulsó en el mismo sentido, en programas claves de la Administración Pública Federal, la inclusión de párrafos transversales que facilitaran la comunicación y operación de los acciones institucionales, en el mismo tenor: complementariedad, incremento del carácter productivo, sinergias, preferencias a la población de los municipios de la cruzada y las familias de Oportunidades, a través de una mejor focalización de la población objetivo, revisando cobertura y direccionando mejor los apoyos. Al mismo tiempo que se avanza en la construcción de un solo Padrón de Beneficiarios para toda la administración de programas del Gobierno de la República y en el futuro para todo el país.

Acciones coordinadas

De tal suerte que las diferentes secretarías consideraron en las reglas de operación de sus programas, los párrafos transversales necesarios para concretar la implementación de acciones coordinadas: Sedatu, en sus programas de vivienda y proyectos productivos; SEP, en becas para jóvenes y escuelas de calidad; Salud, Semarnat, Sagarpa con PESA y la Secretaría de Economía, a través de los apoyos productivos de Inaes. Estas dependencias y su oferta programática han dado un paso trascendental al romper la inercia aislacionista que limitaba el dar resultados.

En suma, este gran ejercicio de cambios estructurales, dirigido bajo la supervisión directa de la secretaria Rosario Robles Berlanga, fue enriquecido con un proceso de consulta que tomó en cuenta la opinión de expertos en el tema —académicos, investigadores, la sociedad civil y las dependencias involucradas— y que dio como resultado un avance importante que tiene como reto una adecuada implementación en la operación para lograr los objetivos planteados, para materializar de manera eficiente, equilibrada y transparente las acciones de los programas para mejorar las condiciones de vida de la población. 

Alineando así este trabajo normativo las prioridades y objetivos de la nueva política social plasmada en el Programa Sectorial de Desarrollo Social y en el Plan Nacional de Desarrollo.