El repoblamiento del centro histórico, el desabasto de agua y el crecimiento de la mancha urbana serán asignaturas pendientes que se deberán atender de manera urgente en el municipio de Puebla debido a proyectos fallidos, inconclusos o por la falta de continuidad de planes de desarrollo que cada administración municipal no han tomado en cuenta para amortiguar estos problemas.

De acuerdo con datos proporcionados por el Implan, para 2030 la población de la capital poblana será de casi 2 millones de habitantes, lo que representa un aumento en la demanda de más y mejores servicios.

El titular del IMPLAN, Luis Armando Olmos Pineda, destacó que se requieren aplicar estrategias encaminadas a frenar el éxodo masivo registrado desde los años 90 (del siglo pasado) en el primer cuadro de la ciudad. Refirió que en 1982 se tenían 282 mil habitantes en esta zona de la ciudad, mientras que para 2000 sólo quedaban 59 mil habitantes y para 2010 la población se redujo a 39 mil pobladores.

Olmos Pineda indicó que hace falta inversión en más viviendas para proyectar al menos 6 mil nuevas construcciones que serían ocupadas por alrededor de 24 mil habitantes, si se consideran cuatro integrantes por cada una.

Olmos Pineda lamentó que a la fecha sólo 13 por ciento del total de la población que habitaba en los ochenta permanece en el primer cuadro de la ciudad. Aseveró que este éxodo de ciudadanos se originó por las restricciones que en su momento se dieron para adquirir viviendas de diferentes características y para todas las clases sociales.

Además, consideró que otro de los problemas para originar la salida de pobladores fue que se comenzaron a deteriorar todos los servicios que se requieren, pues actualmente hay deficiencias en el servicio de agua potable y drenaje.

Crecimiento urbano

El director del Implan, Luis Olmos Pineda, destacó que otro desorden generado en la capital se produjo por el crecimiento urbano desordenado, el aumento del parque vehicular y la vivienda.
De acuerdo a lo anterior, 3.34 por ciento fue de crecimiento en vehículos, 4.57 por ciento en viviendas y en expansión del territorio fue de 6.29 por ciento.

Olmos pineda precisó que en Puebla sólo hay 1.8 metros cuadrados de áreas verdes por habitante cuando la norma internacional establece 9 metros cuadrados por habitantes y el crecimiento urbano desordenado ha ocasionado al menos la pérdida de las reservas en la capital en un 50 por ciento.

De acuerdo a cifras de 2011, en la capital poblana por cada 5 metros cuadrados de cemento que aparecen por día sólo “crecen” 40 centímetros de jardines y áreas verdes.

En caso de seguir el crecimiento desmedido por la invasión de predios, en 10 años se corre el riesgo de perderse las 4 mil 220 hectáreas de zonas boscosas que le restan al municipio.

En los últimos 15 años se ha perdido 25 por ciento del total de bosques y que de este el 95 por ciento se debe por el aumento poblacional.

Desabasto de agua

Otro ejemplo es que en la ciudad de Puebla el crecimiento desordenado de la ciudad ha conllevado a un desabasto de agua potable.

La capital poblana podría enfrentar en 10 años un grave problema de desabasto de agua en caso de que no se continúen con los programas preventivos de la recarga de los mantos acuíferos de la red de agua, sobre todo de la Malinche y Valsequillo, además de detener el crecimiento de la ciudad y preservar el suelo agrícola y forestal.

De acuerdo a los datos proporcionados por el encargado del Implan, del año 2000 al 2009 la disponibilidad anual de agua subterránea en el valle de Puebla pasó de 68.41 a 18.41 millones de metros cúbicos del vital líquido, lo que significa una reducción de 271 por ciento.

Olmos Pineda indicó que si la tendencia sigue a este ritmo los mantos acuíferos de la capital se agotarán en los siguientes 10 años, toda vez que Puebla registra un crecimiento a imagen y semejanza de ciudades grandes, como es el caso del Distrito Federal, con una política centralista y proyectos que no respetan a la naturaleza: hay casi 3 metros de áreas verdes por cada habitante y la Organización de las Naciones Unidades recomienda 12 metros por persona.

Por ello, en caso de que no se lleve a cabo adecuadamente cada uno de los proyectos que están inmersos con la recarga de los mantos acuíferos, sobre todo de las barrancas y bajadas de agua de La Malinche, y con proyectos de largo plazo en torno al cuidado del medio ambiente y de la utilización del uso de suelo.

Además, se requiere detener el crecimiento de la ciudad para evitar que este siga impactando sobre las recargas de agua, entonces en menos de una década se enfrentaría un desabasto del vital líquido.