Durante la misa de la Santa Cruz, monseñor Víctor Sánchez Espinosa instó a los constructores y a las autoridades para que coordinadamente mejoren las condiciones laborales de los trabajadores de la construcción, albañiles y ayudantes

Este 3 de mayo miles de albañiles celebraron el Día de la Santa Cruz, y para muchos el Día del Albañil, con festejos que van desde las comidas en las decenas de obras por toda la ciudad, hasta el afamado concurso de cruces realizadas con materiales que utilizan.

Para este año, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, ofició una misa en el Santuario Guadalupano ubicado al interior del Seminario Palafoxiano, al oriente de la ciudad, luego de que se acostumbraba cada año que fuera en la catedral de Puebla.

Durante la misa de la Santa Cruz instó a los trabajadores de la construcción seguir con la tradición de construir y bendecir cruces, ya que esto los acerca más a Jesús.

También hizo un llamado a los constructores y a las autoridades para que coordinadamente mejores las condiciones laborales de los trabajadores de la construcción, albañiles y ayudantes.

Al encabezar la misa de la Santa Cruz en el Santuario Guadalupano, ubicado al interior del Seminario Palafoxiano, el líder de la grey católica en Puebla resaltó la importancia de la festividad para los trabajadores de la construcción.

“Este día es muy importante para los católicos, sobre todo para los que están en el área de la construcción.

”La cruz es un signo muy importante para todos los católicos, la Santa Cruz es el signo de salvación, la cruz la ponemos en los templos, en lo alto de las montañas y de las construcciones. Es un día de fiesta pero también de reflexión para todos”, dijo.

Explicó que la cruz es un signo de salvación, y realizó oraciones porque mejoren las condiciones laborales de los trabajadores que se dedican a construir casas y edificios en Puebla.

Hasta el santuario mariano llegaron cientos de albañiles, la gran mayoría en grupos de trabajo portando las cruces realizadas con material de construcción, desde madera, clavos, cemento, castillos de acero hasta alambre, entre otros.

Se pudo observar obras espectaculares, como la que ganó el concurso de la mejor cruz, en la que se ve a un Cristo de alambre postrado en el símbolo del catolicismo.

Al concluir la homilía, la delegación en Puebla de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) realizó el tradicional concurso de cruces entre los trabajadores de la construcción que presentaron diferentes diseños.

Fueron enormes cruces fabricadas con material para la construcción fueron presentadas con devoción por los trabajadores de la cuchara.
No importó el peso de las cruces; algunas llegaban cerca de los 400 kilogramos, hechas de distinto materiales para la construcción, en su mayor parte de alambrón y varilla, algunas hasta con concreto, pero todas hechas con el mismo fervor.

Los trabajadores de la construcción demostraron su catolicismo al seguir la tradición de bendecir las cruces al pie del altar mayor en la catedral. Pero lo mejor para ellos estaba por venir, como lo comentaron entre sí un par de amigos en la misma iglesia.

—Sí, a toda madre, así podemos agarrarla hoy y regresar hasta el martes (6 de mayo) a la chamba.

—¿Cómo qué hasta la otra semana?

—Sí, güey, no ves que mañana no trabajamos por la cruda y es domingo; el lunes es 5 de mayo”.

Los albañiles acostumbran colocar, en lo alto de la fachada de la casa en construcción, una cruz de material que utilizan en su trabajo, la cual es adornada con flores y papel de china, y previamente bendecida por un sacerdote.

La fiesta de la Santa Cruz es motivo de jolgorio para los albañiles y éstos festejan con cohetes, música, baile y platillos típicos, con familiares y amigos, en la “obra” donde estén trabajando.

Esta tradición data de la época colonial a partir de la formación de los gremios y, según viejas crónicas, fue impulsada por fray Pedro de Gante.

Esta celebración fue suprimida del calendario litúrgico por el papa Juan XXIII, sin embargo, los trabajadores de la construcción de México siguieron manteniéndola viva hasta la fecha, y Puebla no dejó este año de ser la excepción.

“La hicimos de alambre, alambrón y todo lo que se ocupa de herramienta de la obra, nos tardamos como 15 días en construirla, la íbamos haciendo por ratitos”, comentó Víctor Manuel Medina, maestro de una obra justamente en la colonia Tres Cruces.

“La hicimos entre tres, entre todos le íbamos poniendo de todo, cada quien sacaba de su imaginación, eso sí, la hicimos con mucha fe, sino no se podría”, confesó el maestro de la cuchara.

—¿De qué está hecha?

—Pues varía, le metimos varilla de 3/8, varilla de 5/8 y alambre.

—¿Les costó trabajo?

—Pues más que nada hicimos varios modelos en dibujos y ya vimos cuál se veía mejor. Al parecer está es la mejor, la elegida y aquí está.

—¿Con mucha fe?

—Sí, pues la verdad sí; ves que es un día especial para nosotros (los albañiles), año con año estamos por acá.