El rey de España, Juan Carlos de Borbón, ha anunciado su abdicación. Si todo discurre de acuerdo con lo previsto en la Constitución española, su hijo Felipe, actual príncipe heredero, será proclamado rey de España con el título de Felipe VI dentro de seis semanas.

La abdicación del rey Juan Carlos aún no está completamente regulada en España. Por este motivo, el Parlamento deberá aprobar en los próximos días una Ley Orgánica por la vía de urgencia. Posteriormente, se publicará en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor al día siguiente.

     El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha convocado un Consejo Extraordinario de Ministros para tramitar la renuncia del monarca lo antes posible. El relevo en la Corona está previsto que culmine con el juramento del príncipe heredero ante el Congreso y el Senado y su coronación como Felipe VI. 

De acuerdo con la tradición institucional, este juramento ha de celebrarse en una sesión conjunta del Congreso y el Senado.

Previsiblemente y a instancias del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el Consejo de Ministros del 3 de junio aprobará una Ley Orgánica de Sucesión y de ahí se llevará al Parlamento para su aprobación.

De acuerdo con el artículo 81 de la Constitución española, la Ley Orgánica se tendrá que aprobar por mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y luego llevarse al Senado. 

Esta Ley Orgánica deberá fijar el procedimiento y es posible que en su aprobación se generen varios puntos de discusión: el primero tiene que ver con la situación en la que quedará el actual jefe de Estado, especialmente en lo relativo a su condición de aforado, pues D. Juan Carlos dejará de ser inimputable. 

De acuerdo con la Constitución española de 1978, la persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.

Es previsible que el segundo punto de discusión tenga que ver con la fórmula de proclamación del nuevo monarca. Los usos parlamentarios históricos exigirían la proclamación del nuevo rey ante las Cortes Generales (Congreso y Senado) reunidas en Pleno. Sin embargo, esta situación presenta algunas dificultades dada la actual composición del Parlamento español. 

Varios de los grupos presentes en el Parlamento son contrarios a la monarquía. Por ejemplo, el grupo denominado Izquierda Plural y algunos miembros del Grupo Mixto, entre los que estarían los representantes de AMAIUR (independentistas vascos) o ERC (independentistas catalanes republicanos). 

Ambos grupos podrían mostrar su desacuerdo público en la proclamación del nuevo monarca. La imagen de una proclamación del nuevo rey entre silbidos de algunos parlamentarios podría ser el prolegómeno de una monarquía con poco apoyo.

Además, la propia tramitación de la Ley Orgánica va a generar algunas consecuencias políticas de gran calado. El presidente del Gobierno contará con el apoyo parlamentario suficiente para aprobar la Ley Orgánica, pero no podrá evitar que se abra un debate sobre la monarquía que va a afectar considerablemente a algunos de los principales partidos políticos, clave para la gobernabilidad de España.

Uno de los primeros ejemplos ha sido la reacción del presidente de la Autonomía de Cataluña, en un momento de gran tensión política entre el Gobierno de España y el Gobierno Autonómico de Cataluña. 

Artur Más ha tenido una reacción comedida y respetuosa con la decisión del monarca, pero firme: "Habrá cambio de rey en España pero no habrá cambio en el proceso político catalán que nos llevará a votar en libertad el próximo 9 de noviembre", ha dicho en referencia a la consulta soberanista que se celebrará en esa fecha.

Por su parte, Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el principal partido de la oposición parlamentaria, ha reafirmado su "compromiso con la convivencia y el consenso", avalando a la monarquía. Esta decisión, que será la última que tome el actual secretario general del PSOE, abunda aún más en la crisis que está viviendo el partido.   

Algunos diputados amenazan incluso con rebelarse y no votar la propuesta de Rubalcaba (por ejemplo el diputado Guillem García Gasulla, quien ha pedido a la dirección del PSOE libertad de voto a la hora de tramitar en el Congreso la ley que regulará la sucesión del Rey). Tanto la sección juvenil del PSOE como la mayoría de sus bases han expresado un sentimiento republicano.

La Izquierda Plural (Izquierda Unida y otros grupos autonómicos de izquierdas), junto con los independentistas vascos y catalanes, se mostrarán contrarios a la sucesión y lo expresarán en cada paso del proceso.

Los movimientos sociales de Izquierda (el movimiento de indignados 15M), junto con algunas nuevas formaciones políticas que han emergido en las pasadas elecciones europeas como PODEMOS, se manifestarán en las calles durante los próximos días. 

La primera reacción de estos grupos ha sido convocar una manifestación el mismo día de la comunicación de la abdicación del monarca en la emblemática Plaza de la Puerta del Sol de Madrid y en las principales plazas españolas.

Sin embargo, hay que tomar estas manifestaciones con cautela. Es verdad que las últimas encuestas realizadas a la ciudadanía española (el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas) arrojan resultados negativos para la monarquía, pues no llega a 4 sobre 10 en el índice de confianza en las instituciones. 

También hay que tener en cuenta que la imagen del rey Juan Carlos se ha deteriorado considerablemente en los últimos años y que las élites empresariales no están dispuestas a dar un aval sin condiciones a la monarquía.

Pero también es cierto que la monarquía se ha identificado en otros sectores, como los votantes del Partido Popular y muchos votantes del PSOE que ven en ella una garantía de estabilidad. 

Un síntoma de que se ha alcanzado un cierto pacto entre las élites políticas y empresariales para hacer el cambio lo antes posible es el comedimiento en las declaraciones de los presidentes de las Comunidades Autónomas vasca y catalana. 

También cabe destacar el apoyo a la corona que ha expresado Susana Díaz, actual presidenta de la Comunidad Autónoma de Andalucía y la líder más fuerte del PSOE.

Es posible que en las próximas semanas se multipliquen las manifestaciones en España, pero parece que, por ahora, la continuidad está asegurada.