El penal convertido por Maximiliano Rodríguez, que significó el triunfo ante Holanda y el pase del la escuadra albiceleste a la final de Brasil 2014, empujó hoy a miles de argentinos a las calles para celebrar un logro que esperó 24 años.

“Volveremos a ser campeones como en 1986”, cantaron quienes en forma masiva decidieron dejar sus hogares y subirse a sus vehículos para reunirse en los principales lugares de cada ciudad y localidad argentina tras la victoria por 4-2 en la tanda de penales después de un empate sin goles.

En Buenos Aires, como en otras oportunidades, el punto elegido para el festejo fue el Obelisco, situado en el centro de una ciudad que durante el encuentro de semifinales estuvo casi desierta.

La disputa del partido ante Holanda coincidió con un día feriado en Argentina por conmemorarse los 198 años de la independencia de país.

El sonar de las bocinas de los vehículos fue constante en la noche de Argentina, lo mismo que los gritos en favor de algunos futbolistas, entre ellos Lionel Messi, la figura del conjunto nacional.

Argentina no arribaba a una final de un Mundial de fútbol desde Italia 1990, cuando cayó 1-0 frente a Alemania, el rival del domingo en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Foto: Xinhua