La inversión de 688 millones de pesos para la remodelación del estadio Cuauhtémoc y otras acciones millonarias anunciadas por el gobernador del estado, Rafael Moreno Valle, son una búsqueda desesperada por “lavar” su imagen, afirmó el analista político de la UAP Paulino Arellanes Jiménez.

“Lo que se percibe claramente —dijo el investigador universitario— es una de dos, o lo están asesorando mal o (el gobernador Rafael Moreno Valle) no le está haciendo caso a sus asesores”, porque por sentido común los asesores tendrían que decirle que ya no realice ese tipo de acciones y ya no tome ese tipo de decisiones, porque en lugar de crearle una buena imagen, al contrario, está perjudicando intereses sociales y está creando una mala imagen al interior de Puebla.

Por su parte, el regidor del PRI Iván Galindo Castillejos dijo que la inversión anunciada el pasado lunes es uno más de tantos gastos superfluos de tantos despilfarros y de tantas ocurrencias de este gobierno.

Las consecuencias de eso, advirtió, es que al concluir el sexenio morenovallista, la entidad va a quedar con un agujero financiero tremendo; recordó el paso de Rafael Moreno Valle como secretario de Finanzas, que dejó un “hoyo financiero” cercano a los mil 500 millones de pesos. 

El regidor del partido tricolor afirmó que en cuatro años los poblanos solamente observan gastos de relumbrón que se generan y que en nada benefician a los poblanos, de los cuales se pueden poner muchos ejemplos, como la rueda de la fortuna, el teleférico y el mismo estadio, que son gastos y derroches que en nada benefician la realidad de los poblanos, porque no tienen un impacto social y únicamente lesionan las finanzas del estado.

Invertir en el estadio, ratificó Iván Galindo Castillejos, no implica beneficiar a los ciudadanos, solamente implica beneficiar a los empresarios, porque si bien es cierto que el estadio es un inmueble público, no tiene una utilidad pública, tiene un interés privado.

Eso se traduce en que Moreno Valle busca favorecer intereses de particulares que seguramente estarán muy satisfechos y muy felices, porque quienes tenían que haber invertido en la remodelación del estadio no era el gobierno, sino los empresarios, que están usufructuando y están lucrando con el inmueble.

“Confiando en la publicidad”
Arellanes Jiménez afirmó que Moreno Valle está confiando en que comprar mucha publicidad e impulsar la mercadotecnia a su favor le ayudará, hablando de cuestión mediática.

Pero la compra de propaganda a niveles estatal y nacional, a través de Internet, spots y espectaculares, sólo servirá para generarle una imagen en el resto de la república, porque en el territorio poblano está acabando “terriblemente con la poca imagen que se había creado”.

Error tras error de RMV
Asimismo, el académico de la UAP afirmó que Moreno Valle Rosas está cometiendo muchos errores y sigue invirtiendo recursos que no son su dinero, porque el gobierno no tiene dinero, es dinero de la sociedad, es parte de los impuestos y de las contribuciones que marca el derecho fiscal y el derecho tributario.

Lo anterior, reveló, también es otro elemento por el que se le debe juzgar, por desviación de dinero invertido en obras que no tienen interés público e interés social, sino lo invierte en interés privado, que presenta como interés público disfrazado.

Lo mismo pasa, recordó, con el recurso que intenta invertir en la plataforma de las Siete Culturas en Cholula, la conversión del Parque Ecológico en un centro comercial y ahora el dinero que se invertirá en el estadio Cuauhtémoc, que es para favorecer a las élites comerciales del estado de Puebla, nacionales y del extranjero.

Pero realmente esas inversiones, aclaró, no son de interés público y de interés social, cuando hay necesidades apremiantes que tienen que ver con infraestructura de vialidades, de escuelas que se están derrumbando, de apoyos a profesores que realmente coadyuven a la formación de los estudiantes de educación básica y de áreas verdes.

La observación
La buena imagen que tuvo al arranque del sexenio, aseguró el investigador Paulino Arellanes, la viene perdiendo con el paso del tiempo, actualmente sólo la conserva ante las élites poblanas, a las que está favoreciendo, pero ante la sociedad, que es mayoritaria, tiene una pésima imagen.