A más de un año de su promulgación, la reforma financiera ya muestra resultados alentadores, aunque “los mayores beneficios de su implementación están por venir y muchos de ellos ocurrirán más allá de la actual administración”, afirmó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.
Dijo, existe una gran oportunidad para que la banca y otros intermediarios presten más y lo hagan de forma más barata, ya que la reforma es uno más de los pasos que da el gobierno de la República para transformar al país.
Al encabezar un informe sobre los avances de esta reforma, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) expuso que al final de cuentas, el objetivo de estos cambios estructurales que ha impulsado el presidente Enrique Peña Nieto es transformar al país de fondo, con una visión más allá de la coyuntura.
Manifestó que la reforma tiene cuatro objetivos, que son mayor oferta de crédito por parte de la banca comercial e intermediarios privados; introducir mayor competencia en el mercado de crédito; impulsar a la banca de desarrollo y preservar la solidez y solvencia del sistema financiero.
Ante representantes del sector financiero del país, apuntó que la financiera es una de las 11 reformas estructurales impulsadas por el gobierno y aprobadas en los primeros 20 meses de esta administración, cuyo objetivo es hacer un cambio profundo en la estructura económica del país para promover un crecimiento mayor y más incluyente.
Aunque la reforma financiera fue una de las que menor atención recibió de la opinión pública durante a su aprobación, subrayó que se trata de una de los más profundas en la estructura económica del país en las últimas décadas.
Su objetivo, dijo el encargado de las finanzas públicas del país, es que en México haya más crédito y más barato para las familias y, en particular, para las pequeñas y medianas empresas del país.
Destacó que México tiene un sistema financiero extraordinariamente bien manejado, lo cual da confianza de que está preparado ante el entorno internacional que se vive, pues está bien capitalizado, con reservas adecuadas, indicadores de liquidez suficientes y acordes a las mejores prácticas internacionales.
Sin embargo, estimó, hay una gran oportunidad para que la banca y otros intermediarios presten más y lo hagan de forma más barata, pero reconoció que el crédito no se puede impulsar por decreto, sino que tienen que crearse las condiciones en el mercado en oferta y demanda para lograrlo.
Tras la aprobación de la reforma financiera en diciembre de 2013 y promulgada el 10 de enero de 2014, el reto fue que pasara de la ley a la realidad y se notara en el monto del crédito, calidad de los productos, tasas de interés, comisiones y competencia. “Hoy, a poco más de un año de la implementación de la reforma, vemos los primeros resultados que son alentadores”, aseguró.
Entre estos resultados, mencionó que la banca de desarrollo superó la meta establecida de crédito directo e impulsado, al otorgar 1.2 billones de pesos en 2014.
Señaló que el objetivo final de la reforma financiera es que exista más crédito, e informó que a diciembre de 2014 el financiamiento interno al sector privado como proporción del PIB ascendió a 29.2 por ciento, es decir, 3.5 puntos más que al cierre de 2012, cuando representó 25.7 por ciento.
Indicó que la meta de la reforma financiera es que hacia el final de esta década se tenga una penetración de por lo menos 40 por ciento y “claramente vamos en ruta para lograr este objetivo, conforme la implementación de la reforma financiera avanza”.
Además, en 2014 el crédito de la banca comercial a las micro, pequeñas y medianas empresas creció 9.0 por ciento y se redujo la tasa de interés en promedio hasta en ocho puntos porcentuales.
“Esto muestra no solamente que la reforma financiera está funcionando, sino también el compromiso que tiene la banca comercial mexicana de apostarle al desarrollo, al crecimiento, de quienes son los creadores de tres de cada cuatro empleos en México, que son las pequeñas y medianas empresas”, subrayó.