Los mandatarios de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, respectivamente, han acaparado con sus discursos la primera sesión plenaria de la VII Cumbre de las Américas de Panamá. Sin embargo, el aplauso sonoro y largo de los jefes de Estado y delegaciones oficiales llegó con el anuncio de la intervención de Castro al ser la primera cumbre a la que asiste su país: "Ya era hora de que yo hablara aquí" en nombre de Cuba, dijo Castro ante la atenta mirada de los presentes.
Durante su discurso, Castro ha eximido al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de la responsabilidad de la política desarrollada por los "10 presidentes" predecesores contra la isla.
El presidente cubano calificó a Obama de "honesto" y le pidió disculpas expresamente por su emotividad en "defensa de la revolución". El presidente cubano valoró positivamente los pasos de su homólogo estadounidense para sacar a la isla del listado de países patrocinadores del terrorismo.

"Aprecio como un paso positivo su reciente declaración de que decidirá rápidamente sobre la presencia de Cuba en una lista de países patrocinadores del terrorismo en la que nunca debió estar", dijo Castro.

El mandatario cubano reiteró a Obama la disposición de Cuba al "diálogo respetuoso y a la convivencia civilizada" con Estados Unidos "dentro de nuestras profundas diferencias". Castro también ha comparado el acercamiento bilateral impulsado por él mismo y el presidente estadounidense con el intento que protagonizó el presidente John F. Kennedy a principios de la década de 1960.
La intención de Kennedy, según Castro, era "hacer lo que estamos haciendo ahora el presidente Obama y yo", ha destacado. Apoyo a Venezuela Por otro lado, el presidente cubano expresó su "apoyo de manera resuelta y real a la hermana república de Venezuela y al gobierno legítimo de Nicolás Maduro".
"Venezuela no es ni puede ser una amenaza para la seguridad nacional de una superpotencia como los Estados Unidos, y es positivo que el presidente norteamericano, Barack Obama, lo haya reconocido", añadió Castro durante su intervención ante la VII Cumbre de las Américas que se desarrolla en Panamá. Ovación y discurso de 40 minutos La primera intervención del presidente cubano en una Cumbre de las Américas, provocó una ovación en la sala donde se celebra la reunión y copó la atención de centenares de periodistas en la sala de prensa instalada en el Centro de Convenciones Atlapa.
En la sala de prensa, los informadores se agolparon frente a la pantalla gigante para seguir atentamente el discurso del líder cubano, quien arrancó carcajadas de toda su audiencia cuando confesó que le supuso "un gran esfuerzo" limitar su histórico discurso a los 8 minutos establecidos por el protocolo.
"Y como deben seis cumbres que excluyeron, 6 por 8: 48" minutos tocaría hablar, comentó, jocoso, el presidente de Cuba. El presidente cubano finalmente habló poco más de 40 minutos, ante lo cual el anfitrión pidió al resto de sus colegas intentar, en la medida de lo posible, abreviar sus intervenciones.
El gobernante anfitrión, Juan Carlos Varela, agradeció las palabras de Castro, surgidas "desde el corazón", y justificó que por "razones de justicia histórica" mereció hablar casi seis veces más de lo estipulado por la organización.


Obama: " Estados Unidos no será prisionero del pasado" Previamente al discurso de Castro habló Barack Obama, quien sostuvo que su país "no será prisionero del pasado" con Cuba ni con la región, al mostrarse convencido de que si continúa el diálogo bilateral entre su Gobierno y el de Raúl Castro habrá progresos pese a las "diferencias".


"Estados Unidos mira hacia el futuro", subrayó Obama, que calificó la Cumbre, en la que están presentes los 35 países americanos, de "momento histórico" y dijo que el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba marca un "punto de inflexión" para toda la región.