“Ahora soy diferente, me siento a estrenar”. Con estas palabras ha descrito Leticia Sabater la sensación de volver a ser virgen tras pasar por el quirófano. La presentadora y cantante decidió someterse a una intervención para ensanchar su vagina y, aprovechando la coyuntura, decidió reconstruir su himen.

 

 

 

Según explica Sabater, fue el pasado mes de enero en su viaje a Miami para agrandar su vagina (“he tenido que dejar ya cinco relaciones porque nos era imposible tener relaciones por culpa de este problemilla”, afirma) cuando se enteró de la existencia de esta operación.

 


“A mis 48 años ya he decidido que no voy a ser madre. Como no voy a tener cargas económicas de este tipo, me dije a mí misma que había llegado el momento de darme un capricho.”

 

 

“Me parece bonito ser virgen otra vez”, explica, demostrando que asume la fantasía cultural de pureza que acompaña al himen (y a sabiendas que ella realmente perdió la virginidad hace 25 años).

 

 

“De pequeña creía que llegaría virgen al matrimonio, pero a los 23 años decidí que no iba a esperar más. Perdí la virginidad con el ex de la mujer de un colaborador de Sálvame”.

 

 

Ahora Leticia espera su particular pretendiente para revivir la sensación de estrenarse en materia sexual: “Tras la operación has de esperar dos meses para que la vagina cicatrice. Estoy esperando a alguien especial, no va a ser cosa de una noche. Sea quien sea, se va a llevar una sorpresa. Con 48 años nadie piensa que vayas a ser virgen”.


Para someterse a la intervención, Sabater decidió confiar en el mismo cirujano que le operó los pechos hace doce años. Por un precio de 6.000 euros, el doctor Edwin Vásquez, de la Clínica Saint Paul en Miami, ha matado dos pájaros de un tiro: ensanchamiento de vagina y reconstrucción de himen.
“Aquí resulta extraño, pero en Miami una de cada diez mujeres se somete a esta operación”, argumenta la artista.