Por un creciente hostigamiento y acoso sexual recurrente, la trabajadora Junuis Guerrero López, del plantel 21 del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla, demandó penalmente al director Leopoldo Alberto Reyes Jiménez, bajo la averiguación previa 1868/2015, interpuesta en la agencia especializada en delitos sexuales contra la mujer.
La demanda penal, reveló la acosada, fue levantada el 19 de junio pasado ante el Ministerio Público. “Lo tengo demandado por acoso sexual, y voy a meter documentación en todas las instancias correspondientes, que son la CEDH, la SEP, en Código de Ética, y en todas las instancias que sean necesarias lo voy a hacer”.
En entrevista, reveló que al interior del plantel 21 todos los trabajadores están molestos y tensos, pero además todos tienen miedo a la situación que están pasando con el director, porque es una persona vulgar, grosera, que ofende, que amenaza y es muy vengativa, afirmó.

Las influencias

Dijo que afortunadamente para el director del plantel 21 todo le ha salido bien, porque además comenta que está muy bien “parado” con el director general y con el gobierno del estado, “que la verdad dudo mucho si sea cierto”.
Agregó que todos los trabajadores tienen miedo de que los corra, porque es su única fuente de trabajo. “Pero desde la dirección jurídica me dijeron que siguiera adelante con la demanda penal”.
Dijo que ya le propusieron un cambio de plantel, pero respondió que todavía está analizando si acepta o no. “De aceptar, sería un plantel cercano a mí, pero no aceptaré uno lejos; pero además analicemos que no puede quedarse un director con esas condiciones, en un plantel educativo, porque además también deja en mal a todo el mundo”.

Actas administrativas

Junuis Guerrero López aseguró que, ante el creciente hostigamiento, el 21 de mayo pasado, pidió una audiencia con el director Jurídico, “quien muy amablemente me atendió y me dijo que iba a checar esa situación y si me levantaba un acta, porque a la segunda es destitución del colegio, con el poder que tiene me levanta las actas que quiere y puede ponerle lo que quiera, pero me dijo que tenía derecho a defenderme”.
Reveló que después del acta administrativa que le levantó el director, solicitó una incapacidad médica porque le dio parálisis facial por el problema que tuvo con el director, y regresó el lunes 29 de junio.
De la misma forma, dijo que tuvieron otra dificultad porque el director la empujó, pero además no deja que los compañeros le hablen y la tiene sentada a fuerza. “Los moscos me comen viva, cuido la puerta, es un situación muy difícil, además a las compañeras las amenaza y las amedrenta que tienen que declarar en mi contra”.
Dijo que personalmente entiende esa postura de las trabajadoras, por eso cree que habrá muchas compañeras que lo van a hacer o compañeros que van a decir cosas que no son ciertas.

Hostigamiento Permanente

La trabajadora del Cobaep plantel 21, ubicado en Loma Bella, reconoció que pasa por una situación muy difícil con el director del plantel, Leopoldo Alberto Reyes Jiménez, porque la tiene con un acoso laboral y sexual, además de que la tiene trabajando en condiciones inadecuadas.
Dijo que está ubicada en el área de audiovisual y sin llaves, pero si quiere llaves se las tiene que ir a pedir a él personalmente. “Cosa que no voy a hacer, por la situación que estamos pasando, porque llega a que me tiene cuidando la puerta”.
Reveló que ya le levantó dos actas administrativas, que ya las contestó, ya le dio parálisis facial por las discusiones, porque es una persona muy grosera, altanera y vulgar con el personal y con los empleados.
Dijo que desgraciadamente hay compañeros que no van a hablar por miedo, no van a decir nada. “Yo ya me aguanté mucho tiempo, traté de no hacerlo por evitarme problemas, por el miedo a perder mi trabajo, pero si ahorita lo hago es porque estamos trabajando en una institución educativa, con niñas de 15 a 18 años”.
Dijo que tener un maestro así, que esté acosando al personal, que si quieres lograr un ascenso le tienes que dar tu cuerpo, no es lo correcto. “La verdad ya me siento desesperada, tengo miedo, temo por mi familia, por mí”.
Recordó que en una ocasión llevó a su hijo de 14 años al plantel, porque no pudo ir a dejarlo a su casa, y el director levantó un acta en contra de un compañero y la mandó a declarar en contra de él cosas que no eran ciertas.
Empero dijo que cuando el jurídico la mandó a traer, ratificó la realidad. “Las cosas que no son ciertas no las digo, porque no tengo por qué perjudicar a un compañero, entonces no procede el acta que levanta y al llegar al plantel me manda a traer y muy molesto me empieza a ofender, me empieza a gritar y me empezó a decir que por qué no hice lo que él me dijo, y yo le dije que nunca iba a declarar en contra de un maestro”.
El problema, recuerda con lágrimas en los ojos, es que su hijo estaba ahí y vio cómo el maestro la ofendió y le gritó. “Mi hijo se mete y dice mamá, por qué permites que te ofenda y te diga esas cosas; entonces, en ese momento yo me llevo a mi hijo para evitar que le vaya a decir algo”.

El origen del problema

La trabajadora del Cobaep aseguró que el director no se mide en sus actos de acoso, y todo surge porque se enteró de que su esposo tiene un negocio de hojalatería y pintura y llevó su carro, un Bora, a arreglar. “Mi esposo le cobra 8 mil pesos, le da un buen precio, por yo ser trabajadora, y le dice que le cobra 8 mil pesos y aparte de las refacciones”.
Dijo que su esposo arregló el carro, pero no le gustó porque quería los alerones, lo que implica otro costo y otro trabajo, y empezó a ofender; después, platicando con su esposo, para evitar problemas, accedieron a volver a arreglar el carro con dinero propio, para evitar problemas.
Aún así, al señor director no le gustó y les pidió los 8 mil pesos o que ella tuviera relaciones sexuales con él; entonces, dijo que después de eso ha sido constante el acoso. “Jamás he accedido a sus cosas, pero me amenazó y ha cumplido, me ha cambiado de lugar”.
Dijo que, de entrada, la cambió al turno vespertino, aunque le pidió de favor que no, porque le afectaba. “No accedió, me pasó a la tarde y me cambió de lugar; siempre me ofende, es un hostigamiento total”.